martes, 22 de febrero de 2011

Topónimos cehegineros. Royo Hurtado.



A medio camino entre la Copa de Bullas y el Chaparral, en término municipal de Cehegín se encuentra la cortijada denominada Royo Hurtado. Embutido en terreno de areniscas del Bundsanstein, triásico inferior, con una antigüedad relativa de 245 millones de años que lo conforman con un característico aspecto montuoso y abigarrado, áspero y seco y, donde, sin embargo, la agricultura ha tenido siempre un papel preponderante.  Lindante con el término municipal de Bullas, es una población que siempre estuvo integrada en el Partido Rural del Chaparral.
El arroyo, que nace en el término de Bullas, y pasando serpenteante y hermoso junto a la cortijada, siempre le ha infundido vida y ha dado nombre a este paraje, para que su curso acabe por desembocar en el río Quípar.
Haciendo un poco de historia, podemos decir que en el año 1900, el Royo Hurtado tenía 88 habitantes, repartidos en 17 familias. Entre los cabezas de familia  había un propietario de tierras, dos colonos, once braceros, dos viudas y un pastor. Las 17 consortes de estos cabezas de familia se dedicaban, como era habitual en aquella época y hasta no hace tantos años, a lo que se venía en llamar “las ocupaciones propias de su sexo”. El resto eran niños jóvenes y pequeños. Ninguno sabía leer ni escribir.  En conjunto, todo el partido del Chaparral, Royo Hurtado incluido tenía 275 habitantes, por lo cual, la población que tenía el Royo en esta época y hasta entrada la segunda mitad del siglo XX hacía de esta cortijada, como lo es ahora, la segunda más grande de todo el partido.
Como solía ocurrir en todas los partidos rurales del término municipal, la población era relativamente elevada en comparación con la población actual. Hoy en día, el Royo tiene un vecindario que ronda los 45 habitantes. En los últimos años, las pedanías, en general, están recuperando población y han mantenido un crecimiento constante, desde que, a partir de los años 50-60, la emigración asestara un duro golpe a estas pequeñas entidades poblacionales rurales.
En el propio vecindario de la cortijada era evidente la fuerte influencia que tuvo Bullas al estar mucho más próxima que Cehegín. Así, la gran mayoría de los habitantes del Royo en 1900 eran naturales de Bullas, aunque en esta época, al tratarse casi en su gran mayoría de braceros, era normal que tuviesen una vida un tanto itinerante, en el sentido de que con los años, se iban desplazando, siempre en función de donde conseguían trabajo, por lo que algunas familias tenían casa propia aquí, pero otras vivían en régimen de alquiler. 
En cuanto al nombre el topónimo era en su origen Royo de Hurtado, haciendo referencia tanto al arroyo como a la población, como ya indicó Francisco Javier Gómez Ortín dando a entender que se trataba de un hidrónimo. En cuanto a la segunda parte, o sea, Hurtado, no parece haber duda de que se trata de un apellido, aunque, en la actualidad no conozcamos la identidad de la persona que le dio el apelativo. Hay muchos ejemplos en el término municipal de este tipo, quizás el más conocido sea el Campillo de los Jiménez, aunque podríamos nombrar muchos como la Fuente de Juan González, la fuente de Farín, la casa de Alarcón, la hoya de don Gil, y podríamos aportar una lista que se haría casi interminable. El tal Hurtado pudo ser algún labrador rico, como se les conocía en el siglo XVI a aquellos labradores, del estado llano, pero que habían conseguido una buena hacienda, también conocidos como caballeros cuantiosos, o quizás un noble (el apellido Hurtado lo han llevado grandes familias nobiliarias castellanas también, recordemos a los Hurtado de Mendoza, por poner un ejemplo.) Desde luego, nunca fue ni ha sido un apellido común en Cehegín y sin embargo sí que ha quedado como imagen y apelativo de uno de esos lugares hermosos y significativos de la geografía ceheginera.

2 comentarios:

  1. Preciosa disertación, tengo una vivienda y terreno en Royo Hurtado, y dentro de poco restauraré la vivienda y es un lugar precioso.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias. Realmente es un lugar con un gran encanto. Un abrazo.

    ResponderEliminar