sábado, 14 de mayo de 2011

Una aproximación al estudio de la esclavitud en Cehegín ( 1561-1650) 2ª parte


Aquí os dejo la segunda parte del artículo referente a la esclavitud y titulado "Bereberes, negros y moriscos, una aproximación al estudio de la esclavitud en cehegín ( 1561-1650), del que ayer hice una entrada con la primera mitad,  ya que, como os comentaba, al ser relativamente extenso, he preferido ofrecerlo en dos días. Espero que os resulte ilustrativo.

La función del esclavo.


En el siglo XVII parece ser que, desde 1610-1615 la tendencia pueda ser la de optar por los criados o sirvientes de manera mas decidida, pues aunque el status jurídico era diferente de facto venía a ser lo mismo y no costaban dinero. Se prefieren en su gran mayoría las mujeres a los hombres pues por regla general el esclavo es destinado a los trabajos de casa y del hogar y las mujeres resultaban más adecuadas para ello, para ejercer de sirvientas, trabajar en las tareas propias de la casa, ir al mercado etc. También interesaba que procrearan porque ello suponía más esclavos sin tener la necesidad de comprarlos. Los varones, poco abundantes en Cehegín, se dedicarían a otros sectores de trabajo en la casa, a hacer tal vez de mozos, trabajar en las cuadras o al cuidado de animales etc. De todas formas su función era prácticamente igual a la de los criados, con los que vivirían y harían el trabajo sin distinciones, mezclados, diferenciándose solo en cuanto a que unos son personas libres y los otros, propiedad del amo. No parece ser que trabajasen en el campo como se desprende de investigaciones realizadas en otras zonas del Reino de Murcia. En las ciudades eran comprados también por gente perteneciente a los diversos gremios, en cuyos negocios servían como ayudantes y casi siempre en el marco urbano. No es el caso de Cehegín, aunque puede existir algún elemento concreto, lo que no he podido documentar, que fuese adquirido para el trabajo y ayuda en algún taller o similar. 
Para esta vecindad no tenemos constancia de la existencia de esclavos que trabajasen para el Concejo o alguna otra institución pública o privada pero es casi seguro que los hubo, pues es cosa corriente según las fuentes de otras villas o ciudades que determinados organismos o instituciones tengan algún esclavo de su propiedad. Parece que eran adquiridos para una gran variedad de funciones, desde mozos hasta verdugos en algún caso.
Las mujeres eran también usadas para otros menesteres, de ahí que algunas tengan varios hijos en un corto espacio de tiempo. Solo en un acta encontramos el bautismo de un niño hijo de una esclava donde aparece el padre   “Francisco, de una esclava de Monterrosso y padre acólito”. El tema de los hijos bastardos en las clases sociales altas resulta tremendamente interesante. En esta época parece relativamente común y es sabido de todos, pese a la total ausencia de fuentes al respecto, la relativa abundancia de hijos ilegítimos habidos de amos con esclavas. De momento no he podido hallar ningún documento que nos aporte información de las condiciones y vida del hijo bastardo, cosa por otro lado lógica y muy normal, pero podemos intuir, casi sin temor a errar, que ello pudo influir en una mayor atención en las necesidades del niño que, aunque ilegítimo era natural y en la posibilidad, en caso de supervivencia del pequeño de que, una vez finado, el señor dejase en su testamento el deseo de hacerlo liberto. De todas formas son opiniones personales que espero poder contrastar en futuras investigaciones.


Esclavos y libertos

Hablábamos al principio de este artículo de un concepto mas humano que se tenía del esclavo que lo hacía diferenciarse notablemente de la consideración social en la Edad Media. En opinión de Ángel Luis Molina (4) y según estudios de García Gallo (5) el atentar contra la integridad física del esclavo había de ser castigada, según las leyes en el siglo XV, como si se hubiese delinquido contra hombre libre y se hace hincapié en que, no obstante, existía una gran tolerancia hacia los castigos físicos. Durante los siglos XVI y XVII la legislación va a continuar en ese sentido.
Los esclavos, a decisión del amo podían ser liberados y por lo tanto pasar a tener un status jurídico equiparable al de los hombres libres. Son los libertos. Anteriormente comentaba que el que estuviesen bautizados predisponía a que fuese mucho mas fácil convertirlos en personas libres, pues no estaba permitido que lo fuesen sin estar cristianizados. Hay casos, como el de Francisco, que comentábamos unas líneas antes, que se bautizan precisamente una vez puestos en libertad.
Había dos maneras de que el esclavo obtuviese la condición de libre que se vienen ejecutando desde la baja Edad Media y se mantendrán hasta el Siglo XVIII como lo confirman los estudios de Antonio Peñafiel (6); son los testamentos y las cartas de libertad. El testamento refleja la voluntad por dejar en libertad al esclavo una vez finado el amo, para dar gracias o agradecer los servicios prestados, en algunos casos durante toda su vida. La carta de libertad es como su propio nombre indica el documento por medio del cual se concede la facultad de hombre libre a un esclavo y suele venir dada por la compra de esa libertad, o sea, la petición de un rescate. Este, o su familia, pagarán una cantidad de dinero determinada, que normalmente coincide con lo que costó a su amo como condición previa para convertirle en liberto. Aunque normalmente esta operación se llevaba a cabo como hemos comentado, me veo tentado a pensar que en algunos casos se realizase con la intención se conseguir un dinero superior al que costó en su momento, o sea, se buscaría un negocio lucrativo y probablemente la práctica de comprarlos y luego darles la carta de libertad exigiendo un precio superior a su compra, si no fue habitual si debió de darse en algunos casos. No obstante esta práctica de buscar ganancias con las cartas de libertad es más propia del siglo XV antes de la conquista del Reino de Granada, muy común a ambos lados de la frontera murciano-granadina.
Peñafiel (7) apunta una cuestión muy interesante con respecto a la obtención de libertad de los esclavos en el siglo XVIII, pero que puede ser perfectamente extrapolable a los dos siglos anteriores: en muchas ocasiones éste es liberado en contra de su propia voluntad. Lo que a primera vista aparenta ser una auténtica paradoja no lo es tanto si se piensa con un poco de tranquilidad. El esclavo como suele ocurrir con multitud de objetos pierde valor conforme van transcurriendo los años y su mantenimiento cuesta dinero. Cuando se convierte en anciano, se queda impedido, o no puede desarrollar un trabajo efectivo para el que fue comprado en su momento lo mas fácil es deshacerse de el. En esta situación el liberto gozará de su “nueva vida” pero se la hará realmente difícil subsistir. En muchos casos no es extraño que de un grupo marginal como son los esclavos se pase a otro: los mendigos.


 Condiciones de vida

Parece ser que las condiciones de vida de un esclavo no eran malas y los amos se esforzaban por poder tenerlos en condiciones útiles y buena salud, como cosa propia que eran. El hecho de que tuvieran un precio elevado y fuesen un artículo casi de lujo así lo exigía. También hemos de tener en cuenta que los trabajos que realizaban, al menos en esta zona, ya lo decíamos antes, eran propios de tareas del hogar, de ahí que en su gran mayoría, tanto en el siglo XVI como en el XVII fuesen preferidas las mujeres. El que los trabajos físicos fuesen por regla general suaves incidía en la calidad y la duración de la vida del esclavo/a. No obstante tal y como opina Kamen refiriéndose a mediados del siglo XVIII, y que es aplicable totalmente a nuestro periodo de estudio, en muchos casos se trata casi mejor al esclavo que al criado. Esto lo hemos de interpretar en el sentido de que éste, como parte del patrimonio, debe ser ejemplo, como una casa o un carruaje, de la situación social y económica de su propietario. Irían, por regla general, bien vestidos y con buena presencia, intentando reflejar el poder económico y el buen trato del amo. Si una persona es capaz de gastar 15.000 maravedíes en una esclava sabe que lo hace por que puede, quiere que los demás lo sepan y además intenta que aguante en buenas condiciones el mayor tiempo posible. Eso si, se le saca todo el rendimiento posible, tampoco vayamos a pensar que su vida transcurría entre algodones. Es la mentalidad de los ricos en el Cehegín de la Edad Moderna.




Derechos y consideración social. La mentalidad


Ya hemos dicho en más de una ocasión a lo largo de este artículo que los esclavos, como tal, carecen de todo tipo de derechos civiles, hasta el punto de que son propiedad, equiparados al rango de cosa, de otra persona. Sin embargo, es necesario comentar que ya desde mediados del siglo XVII la mentalidad va cambiando con respecto a la esclavitud. La mentalidad en este momento no es más que el producto natural de una evolución progresiva desde la baja Edad Media en cuanto al concepto de ser humano. El esclavo es un ser con alma, una criatura de Dios y desde el siglo XIV ya se comienza a regular jurídicamente el trato y las condiciones de vida. Desde la segunda mitad del XVII se comienza a intuir lo inmoral de una práctica que solo viene justificada en estos tiempos por su condición de paganos o gentes sin cristianizar. Esta nueva situación va a venir dada por que existe una serie, llamémoslo así, de derechos morales y religiosos, basados en la idea de que el esclavo también es hijo de Dios y por eso mismo se le pueden y deben administrar los sacramentos. En las actas de matrimonio de la Parroquia de Santa María Magdalena curiosamente no he podido hallar ni un solo matrimonio. Aparece alguno de moriscos libres, mixto de castellano y morisca y una noticia referente al bautismo de un bebé gitano. Los matrimonios de esclavos debieron ser raros en este periodo. Desde luego en Cehegín no se produce ni uno solo, pero hay referencias de matrimonios en otros lugares de la Península. Mas curiosidad, si cabe, me ha levantado la cuestión de los funerales y entierro, no habiendo podido encontrar una sola acta de defunción que nombre al esclavo ¿acaso a su muerte perdían la condición de manera que en el acta no se reflejase si eran o no esclavos? Lo cierto es que en estos momentos tengo mis dudas al respecto, pero ciertamente entre 1561 y 1650 no aparece reflejado ninguno en las actas de defunción, por lo menos como “esclavo de…” Lo más lógico y normal es pensar que dado su status jurídico no se les incluya en las actas de defunción, pero la total ausencia de noticias con respecto a la población esclava de Cehegín en este tema solo me plantea la posibilidad de hacer conjeturas. Está claro que los que morían sin ser bautizados no serían enterrados en suelo sagrado, pero no se sabe que ocurría con los cristianizados. Tal vez se reservaba un espacio destinado a estos grupos donde no estuviesen exactamente en el mismo lugar que los cristianos viejos. La zona de enterramiento en esta época era la parroquia de Santa María Magdalena y las ermitas de la villa.   Es de suponer que los gastos de entierro, funeral y misas corriesen a cargo del amo, cuando se hacían. Posiblemente se realizase un entierro sencillo y se dejase pagada una pequeña cantidad de misas por su alma y en algún caso el mismo esclavo podía dejar un poco de dinero, tal vez ahorrado a lo largo de muchos años, en el momento en que viera próxima su última hora. Esto es posible por que a veces el amo le permitía realizar pequeños trabajos fuera de la casa, con lo que podía reunir ciertas cantidades de dinero para uso propio.



El nombre


En Cehegín, al igual que en toda la Península es costumbre que los amos den un nombre cristiano al recién bautizado y a veces se da el caso de que sin estar bautizado se le de nombre al uso, como ocurre con el mencionado liberto de Monterrosso, pero lo mas normal es la primera situación. En muchas ocasiones el nombre que se le daba era el del propietario, a veces junto con el apellido, algo bastante común, o bien de algún santo de la devoción familiar. Algunos mantenían su nombre original durante bastante tiempo, pero no es lo usual. Para Cehegín no he podido encontrar ningún esclavo que mantuviera el nombre de origen aunque es lógico, dado que el material de trabajo básico han sido las actas de bautismo. A los hijos, propiedad también del amo, al igual que a los adultos se les solía dar el nombre del santo del día, el del amo o su mujer, bien el de algún santo, santa o bien alguna advocación de la Virgen a que fuesen devotos los amos.





Los esclavos en Cehegín: objeto de ostentación


Cuando hablamos de los grupos adinerados y de poder (siempre van unidos) a lo largo de la Historia es fácil darse cuenta de un detalle que, a pesar de parecer nimio, es importantísimo por su relevancia en este tema: el rico no solo debe ser rico además tiene que demostrar que lo es para mantener el reconocimiento social. Aquí vienen al caso los esclavos y la justificación de que las oligarquías en Cehegín  los compren, pero también gente adinerada, que siendo hidalgos (a veces no lo son) disponen de un prestigio basado en el patrimonio. El esclavo, lo he dicho en varias ocasiones a lo largo de este trabajo, es un lujo, no una necesidad. En el Cehegín de los siglos XVI-XVII se compra simplemente por puro deseo de ostentación, por el hecho de querer demostrar que se puede permitir tenerlos en su casa, cuando realmente la misma función que realiza habitualmente la puede hacer una sirvienta o un hombre libre, un criado, y teniendo en cuenta que la adquisición de los criados no cuesta dinero y las labores que realizan, es lógico pensar que en una sociedad como la de Cehegín el poseer un esclavo daba cierto signo de distinción. De hecho los criados siguen realizando sus tareas en conjunto con ellos y, aunque jurídicamente tengan derechos que el esclavo no tiene, su situación es, de facto, prácticamente igual. Así comprendemos observando la tabla nº 3 (anexo I) como la mayoría de propietarios en Cehegín en estos noventa años solo tienen uno o a lo sumo dos y sus hijos. El resto del personal está compuesto por criados.
Los precios de los esclavos en esta época, como en todas, varían bastante en función del físico, ser hombre o mujer, la edad etc. En algún caso concreto podía llegar a los 30.000 maravedíes que es una cifra muy elevada para la época, pero el precio normal podría rondar en torno a los 10.000-15.000 hacia 1600. Para Cehegín no tenemos de momento localizadas en los protocolos notariales cartas de compra y venta de esclavos, pero sí las hay  localizadas para Murcia y Lorca en los siglos XV-XVI (9)





Conclusiones


A modo de conclusión terminamos este artículo, que no es más que el inicio de un trabajo más vasto y riguroso sobre un tema que, para un pueblo como Cehegín, resulta muy laborioso por la ausencia de fuentes, a excepción de los siempre fundamentales libros de actas parroquiales, pero termina siendo sumamente gratificante. El hecho de que las Actas Capitulares no hayan arrojado de momento luz sobre las actuaciones del Concejo con respecto al tema de la esclavitud en la villa y su término no implica que puedan aparecer Acuerdos Capitulares mas tarde que nos puedan sacar de dudas en algunas cuestiones sobre las que hemos tenido que buscar analogías en Murcia o Lorca. La búsqueda en los protocolos notariales espero que también de su fruto en muy poco tiempo, de hecho algún indicio o noticia vaga va  apareciendo, pero su publicación se realizará cuando el estudio oportuno de esas fuentes y de la documentación que vaya surgiendo se haya realizado con el adecuado rigor.
De la idea medieval a la moderna en lo relativo a la esclavitud hay sustanciales diferencias que vienen marcadas por un concepto mas humano del esclavo. Este seguirá si tener ningún tipo de derechos civiles y será tratado como una cosa, una mercancía pero se entenderá que es un ser humano y como tal tiene unos derechos morales que vienen dados sobre todo por poder recibir sacramentos como el bautismo y el matrimonio. Al menos en teoría existe una legislación que vela por que no se cometan tropelías ni se les inflijan castigos físicos ni que el amo pueda darles muerte a su antojo.
Su número en Cehegín no fue ni mucho menos elevado, sino todo lo contrario, pero ello no quita que su presencia resulte interesantísima de cara al estudio de la sociedad local entre 1561 y 1650. Fueron traídos como elemento de ostentación social por los grupos adinerados y esto es un factor vital para poder entender la mentalidad de la época. Se preferían mujeres a hombres y su lugar de trabajo fue básicamente el servicio en el hogar. Los esclavos en Cehegín, como en toda la Península durante este periodo fueron moriscos, negros y bereberes y entre ellos los negros siempre fueron los preferidos, fundamentalmente por su docilidad.
Aparte de los datos estadísticos la intención fundamental de este artículo es reflejar el cambio de mentalidad en lo moral-religioso y lo ideológico que se viene produciendo ya desde la Baja Edad Media, pero que tiene su más clara imagen desde mediados del siglo XVII cuando comienza  a decaer la esclavitud y, si no es mal vista, si se observa una aceptación muchísimo mas baja de ella y un cambio de actitud sin igual en la Historia de los Reinos Hispánicos. No obstante seguirán estando presentes en el Reino de Murcia hasta finales del siglo XVIII como así lo ha demostrado Antonio Peñafiel en sus investigaciones. En Cehegín a finales del siglo XVII prácticamente han desaparecido.
El estudio de los grupos sociales que se han venido en llamar marginales en contraposición absoluta a los privilegiados es apasionante por lo poco estudiado hasta hace unos 30 años, pero aún resulta mas atractivo, si cabe, por la importancia que estos, aunque no lo parezca, pueden tener a la hora de estudiar las estructuras sociales y las relaciones dentro de todo el entramado de que se compone una sociedad. Hemos podido comprobar como los esclavos en Cehegín son comprados como una especie de objeto dirigido a la ostentación social y el aparentar (el no solo ser, aparentar). A veces se convertían en amigos del amo con el que convivían durante toda su vida. Algunos una vez libertos se convertían en gente respetable (en Cehegín no conocemos ningún caso pero si se han estudiado en ciudades como Sevilla) y otros pasaban a engrosar el grupo de los mendigos una vez que se convertían en carga y gasto para el amo y se les daba la libertad forzosa.
Son un colectivo que ha estado aquí hasta hace menos de 200 años como testigos de una sociedad que caminaba desde la Edad Media hasta el siglo XIX y los tiempos modernos. Desde luego muchos hombres libres vivieron mas calamidades que el esclavo que no tenía libertad pero si comida cuando los tiempos se tornaban difíciles para la inmensa mayoría de la población de Cehegín. Creo que dentro del grupo de los llamados marginados (mendigos, gitanos, moriscos, prostitutas…) los esclavos no llevaron la vida mas penosa. Que nadie se sienta extrañado si planteo la posibilidad de que más de un esclavo en lo fuese por voluntad propia ya que en esta época, como en todas, el hambre y el malvivir tienen más poder que lo que nosotros llamamos hoy en día libertad. Muchos moriscos posiblemente lo entendieron así. Los cristianos al no poder ser hechos esclavos tenían la posibilidad de ser criados lo que al final resultaba ser casi lo mismo, a pesar de su status jurídico diferente. El concepto de libertad en el siglo XVI y XVII en una villa como Cehegín era patrimonio de unos pocos.


 
Anexo I.


tabla nº 3. Contiene los nombres de todos los propietarios de esclavos que hubo en Cehegín entre 1561 y 1650 y el número que sabemos que tiene cada uno.



Propietarios
Propietario
Esclavos
Esclavas
Hijos bautizados de esclavos
Años de referencia
Gaspar del Bayo
1
2 negras
2
1579-1591
Ginés Muñoz

1 morisca
1
1569
Pedro Rodríguez
1
2
1
1575-1584
Lope Fajardo
1
1 morisca

1581-1601
Jusepe Corbalán
1 negro

1
1590
Miguel de Gea

1 morisca
3
1581-1589
Martín Carreño

1
1
1595
Francisco Fajardo

4
5
1601-1624
Isabel López

1
2
1611-1613
Fernán Pérez

1
1
1611
Miguel Estéban

1
1
1580-1614
Francisco Ruiz

1
2
1615-1618
Ginés Chico

1

1569
Jerónima Fajardo

1 bereber
2
1619-1621
Juan de Chinchilla

1
1
1570
Doctor Valeriola

1

1570
Juan Rodríguez

1

1601
Alonso Carreño

1 negra
2
1603-1604
Viuda de Cristóbal Núñez

1
1
1610
Rodrigo Carreño
1
1
2
1612-1622
Juan de Teruel

1
2
1615-1630
Cristóbal martínez
1


1577
Monterrosso

1
1
1580
Alonso Fernández Peñalver

1
1
1581
Domingo García

1
1
1605
Isabel de Ubeda

1
2
1609-1615
Ruiza

1
1
1568
Ginés García

1
1
1569
Gonzalo Piñero

1

1572
Ginés Muñoz, escribano

1

1577
Juan López

1
1
1579
Juan Escudero

2

1579-1580
María Muñoz

1
1
1582
Francisco Gil

1
1
1603
García de Maya

1

1604
Domingo Fernández Alvarez (Clérigo )

1

1604
Pedro Chico

2
1
1607-1613
Francisco Martínez Gil

1
1
1612
Juan Fajardo

1
1
1637
Martín Carreño , alcaide

1
1
1621
Ginés Hernández

1
1
1569
Teresa…

1

1574
Juan Muñoz

1

1578
El alcaide…

1

1578
Juan de la Chiva

1

1593
Alonso Carreño

1 bereber

1601
Francisco Gil de Buenrrostro

1

1601
Viuda de Cristóbal Nuñez

1
1
1606
Martín Carreño

1
1
1615
Amador de Atienza

1
1
1588
Alonso de Gea, licenciado
1


1606
Alonso Yañez

1
1
1619
Francisco Fajardo Lara

1

1629
Francisco de Ubeda

1 esclava morisca

1577
Desconocido

1 

1572
Desconocido

1
1
1579
Desconocido

1
1
1601
Desconocido

1
1
1585
Desconocido

1
1
1600
Desconocido

1
1
1571
Desconocido

1 bereber
1
1578


   Notas


1. Destacaría al maestro D. Juan Torres Fontes,  Ángel Luis Molina por su gran trabajo en la investigación sobre la sociedad en el Reino de Murcia  y con un emotivo recuerdo a Miguel Rodríguez LLopis que fuese profesor mío de Historia del Islam Medieval, Antonio Peñafiel Ramón…
2. Según referencias de  Angel Luis Molina Molina
3. En Contribución al estudio de la esclavitud en Murcia a finales de la edad Media. En Murgetana. Nº 53. pp. 111-134
4.. Molina Molina A.L.  Ob. Cit,
5 García Gallo A. En Curso de Historia del Derecho Español.1947. pp. 138-139
6. Peñafiel Ramón, A. en Amos y esclavos en la Murcia del setecientos, pp. 147 y siguientes
7 .Peñafiel Ramón, A. en Amos y esclavos en la Murcia del setecientos, pp147 y siguientes
8. Torres Rafael, en “La esclavitud en Cartagena….” Contrastes nº 2. 1986. pp 100
9. En el Archivo Histórico Provincial de Murcia, sección de Protocolos notariales se han hallado  muchas cartas de compra y venta de esclavos, así como otros documentos muy interesantes para el estudio de la esclavitud en el Reino de Murcia hasta el siglo XVIII.  Remito a estudios de Molina Molina, A.L. Peñafiel Ramón, A.  Furtet Cabana E.  y otros  sobre el tema de la esclavitud en el Reino de Murcia reseñados en la bibliografía
.
  Fuentes


-Archivo Parroquial de S. M. Magdalena. Cehegín. Libro de bautismos nº 1
-Archivo Parroquial de S. M. Magdalena. Cehegín. Libro de bautismos nº 2
-Archivo Parroquial de S. M. Magdalena. Cehegín. Libro de bautismos nº 3
-Archivo Parroquial de S. M. Magdalena. Cehegín. Libro de bautismos nº 4
-Archivo Parroquial de S. M. Magdalena. Cehegín. Libro de bautismos nº 5
-Archivo Parroquial de S. M. Magdalena. Cehegín. Libro de bautismos nº 6
         
       * Se ha trabajado con otras fuentes sobretodo con las Actas Capitulares del Archivo Municipal de Cehegín y con los Protocolos Notariales del Archivo Histórico Provincial de Murcia pero no he hallado noticias concretas sobre la esclavitud en Cehegín por lo que no las hago constar de momento.
Bibliografía
Benassar,  Bartolomé. Los españoles. Actitudes y mentalidad. Barcelona. 1976
Benedit, R.  El hombre y la cultura. Investigación sobre los orígenes de la civilización contemporánea. Barcelona. 1871
Bonilla, Luis. Historia de la esclavitud. Madrid. 1961
Braudel, F. El Mediterráneo y el Mundo mediterráneo en la época de Felipe II. México. 1976
Caro Baroja, Julio. Las formas complejas de la vida religiosa. Religión, sociedad y carácter en la España de los siglos XVI y XVII. Madrid. 1978
Chacón Jiménez, Francisco. “Una contribución al estudio de las economías municipales de Castilla: la coyuntura económica concejil murciana en el periodo 1496-1517”. Miscelánea medieval Murciana. Murcia. 1977.  Pgs  211-258
Cortés, Alonso. La esclavitud en Valencia durante el reinado de los Reyes Católicos. Valencia, 1964
Cortés, Vicenta. “la liberación del esclavo”. Anuario de estudios Americanos. XXII.Sevilla 1965
Domínguez Ortiz, A. La clase social de los Conversos en Castilla en la Edad Moderna. Madrid. 1955

Domínguez Ortiz, Antonio.  “La esclavitud en Castilla durante la Edad Moderna”. Estudios de Historia Social de España, Madrid. 1952
Fernández Alvarez, M. La Sociedad Española del Renacimiento. Madrid. 1974
Furtet Cabana, E. “El mercado de esclavos en Cartagena de 1590 a 1600”. Congreso Histórico Ciudad y Mar en la Edad Moderna. Cartagena. 1984
García Gallo, A. Curso de Historia del Derecho español. Madrid. 1947
Kamen, Henry La España de Carlos II Madrid. 1981.
López de Coca Castañar, J. E. Esclavos, alfaques y comerciantes en Alborán, en Hispania 139, Madrid 1978. PP 275-300
Luján, Néstor. La vida cotidiana en el Siglo de Oro español. Barcelona. 1988.
Maraval, J.A. El mundo social de la Celestina. Madrid, 1972
Molina Molina, A. L. “Contribución al estudio de la esclavitud en Murcia a fines de la Edad Media”. La sociedad Murciana en el tránsito de la Edad Media a la Moderna. Universidad de Murcia. Murcia.1996
Molina Molina A. L. El mismo artículo en su edición primera, en Murgetana, 53. Murcia. 1978. pp. 111-134.
Montojo Montojo, Vicente. “Mercaderes y actividad comercial a través del Puerto de Cartagena en los reinados de los Reyes Católicos y Carlos V ( 1474-1555)”. Miscelánea Medieval Murciana. 1994. Pgs 109-140
Peñafiel Ramón, Antonio. Amos y esclavos en la Murcia del setecientos. Real Academia Alfonso X el Sabio. Murcia. 1992.
Rodríguez LLopis, Miguel. Señoríos y feudalismo en el Reino de murcia. Los dominios de la Orden de santiago entre 1440 y 1515. 1996. Murcia
Torres Fontes, J. “Genoveses en Murcia (s. XV)”  Miscelánea Medieval Murciana. Murcia. T. 2. pgs 69-168.  1976

6 comentarios:

  1. Estoy investigando sobre mis antepasados en Cehegín y me he encontrado un montón de registros bautismales de esclavos, por eso he buscado en internet y he leído esta página, me ha gustado mucho y he conocido este tema de la esclavitud en Cehegin que desconocía. Muy buen trabajo. Un saludo

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  2. Muchas gracias, me alegro de que le haya gustado este trabajo. El artículo lo puede leer también, de forma íntegra, en la revista de historia local Alquipir, nº 11. Un saludo.

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  3. Hola Francisco Jesús.... Soy Eva, de Barcelona.Estoy realizando el estudio de mi familia y también tengo una antepasada de Cehegín, apellidada Carreño y desconocía totalmente el tema de la esclavitud.... Muy interesante, tanto el blog, como el artículo.... Os iré siguiendo.
    Espero poder conocer Cehegín este verano.
    Un saludo.

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  4. Un saludo Eva. Para cualquier cosa que necesites y esté en mi mano me tienes en el Archivo Municipal. Un abrazo.

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  5. Muchas gracias Francisco Jesús..... No descarto una visita o alguna consulta. Estoy immersa en la investigación familiar y deseando conocer la tierra de mi tatarabuela!!
    Un abrazo

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  6. Gracias a ti. Si vienes por el archivo ya nos veremos. un fuerte abrazo.

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