martes, 14 de junio de 2011

Hidalgos y pecheros en el Cehegín bajomedieval y los siglos XVI y XVII


Desde la Edad Media, la cuestión de la Reconquista hizo que Castilla fuese un tanto especial y, desde luego, distinta en cuanto a la cuestión feudal se refiere. De ahí que, la separación y estructuración de los grupos sociales no fuese de aplicación tan extrema como ocurrió por ejemplo en Francia o Alemania. Cualquier aficionado a la historia medieval y moderna en nuestra tierra, está acostumbrado a moverse entre términos como noble, cuantioso, hidalgo notorio, hidalgo ejecutoriado, llano. Evidentemente estamos ante una división clara de la estructura social, los hidalgos y los pecheros, pero, claro está, los matices abundan sobremanera, ya que, ni todos los hidalgos son iguales, ni todos los llanos lo son tampoco. En Castilla, el hidalgo es aquel que tiene lo que se conoce como limpieza de sangre, en cuya ascendencia no ha habido casos de judíos ni musulmanes; son los cristianos viejos. Pero, además, ha demostrado tener entronque genealógico con la vieja nobleza castellana. Si nos vamos atrás en el tiempo, todo este conglomerado de ideas  que aquí subyace nos conduce hasta el mundo visigodo, y a la figura de nobles godos que formaban el consejo, presidido por el rey. El monarca no era más que un “Primus Inter Pares”, o sea, un "primero entre iguales" con los nobles. La nobleza que emerge con la Reconquista y, también después, se considerará descendiente de estos personajes anteriores a la conquista musulmana. El hidalgo Notorio es aquel del cual es conocida su ascendencia noble y el ejecutoriado el que ha tenido que demostrar que sus antepasados eran hidalgos. De todas formas, sólo pretendo marcar unas líneas y exponer de forma breve este tema pero el hecho de que los hidalgos estuviesen exentos de pechar, o pagar los impuestos reservados al estado llano, hizo que la búsqueda de la hidalguía, fundamentalmente los siglos XVI y XVII fuese codiciada, por medios lícitos o, en la mayoría de los casos, ilícitos. En realidad la exención del pago de impuestos por la nobleza fue total durante la Edad media justificcado en el apoyo nobiliario en la reconquista, pero desde el siglo XVI, la necesidad hace que se vayan creando algunos impuestos que sí deben pagar los hidalgos, como el de millones, o el alcabala. De todas formas el peso enorme del pago de los impuestos recaíaen la Edad Moderna en los pecheros.¿Quien podía pleitear para conseguir que se le adjudicase el status de hidalgo mediante una ejecutoria? Pues, claro está, los llamados cuantiosos. Una carta ejecutoria es, por llamarlo así, la escritura, dada por el monarca, en que se acepta la demostración de hidalguía, y, por lo tanto, se permite el ingreso de la persona ejecutoriada en el Estado Noble. El caballero cuantioso es una figura de primer orden en  Castilla y sobre todo en las zonas fronterizas con el mundo musulmán. El cuantioso es  aquel llamado, en muchas zonas de Castilla, labrador rico, y está muy bien documentado, por ejemplo, en el Quijote. Es aquel de quien se servía la Corona en las zonas de Guerra hasta el siglo XV y a quien luego recompensaba. Esta gente solía disponer de tierras, bienes y dinero, y además, consiguieron, en Cehegín, un poder político muy importante desde el siglo XVI. Hay casos documentados en el siglo XVI de algunos que ejercieron como regidores o incluso como alcaldes ordinarios por el estado noble, no siéndolo, lo que demuestra el estado de cosas que encontramos en esta época. La gran mayoría de las familias nobiliarias de nuestro pueblo en el siglo XVIII, por no decir casi todas, proceden de caballeros cuantiosos del siglo XV que mediante ejecutoria consiguieron la hidalguía.
Básicamente lo que se buscaba era no pagar impuestos o sólo pagar lo exclusivamente reservado a su status, aparte de los beneficios que conllevaba ese estado de hidalgo. Este tipo de sociedad se estructuraba, a partir de las relaciones clientelares con los verdaderamente grandes (por ejemplo el caso de los Chinchilla Fajardo, que gobernaron Cehegín durante buena parte del siglo XVI, con el marquesado de los Vélez, aprovechando que el marqués fue comendador de la Encomienda de Caravaca hasta mediados del siglo XVII) y las unión de las familias de sangre y de las familias amigas, entre ellas, creándose auténticos frentes de batalla entre familias en el Concejo y, desde luego, en la villa misma. En cierta manera, las relaciones sociales en un pueblo como Cehegín, durante la Edad Moderna, recuerdan mucho a la  Sicilia del siglo XIX y parte del XX. El cuantioso podía conseguir o no la hidalguía, pero sí que su poder económico le permitía tener una alta representatividad en las instituciones. Por otro lado no olvidemos que, en estos pueblos, la Corte quedaba muy lejos, y la justicia era administrada en la villa de manera muy particular según a quien fuese aplicada.

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