Padrón del año 1805 relativo a los gastos de la villa de Cehegín en diversas razones, como contribuciones y otros pagos. Como curiosidad, se pueden fijar en el " por conjuro de tempestades...", ya que el Concejo tenía un dinero destinado a pagar a religiosos o personas con licencia sobre echar conjuros para que el diablo no provocase tormentas ni tempestades, tan dañinas para la economía local. La mentalidad en los siglos XVIII y XIX en este mundo rural es una muestra constante del debate entre la razón y la superstición, que constantemente se mezcla en la cultura popular e incluso en las políticas oficiales.
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