miércoles, 15 de junio de 2011

¿Sabías que...? Sobre los apellidos en la Edad Moderna



Hoy en día una persona lleva los apellidos del padre y de la madre y así se viene haciendo cuando se apellida a un bebé desde finales del siglo XVIII. Pero esto no siempre fue así. Durante la  Edad Media y la Edad Moderna el tema de los apellidos fue algo un tanto subjetivo, hasta tal punto que, en una misma familia, cada hermano podía llevar unos apellidos diferentes y, a veces, ni siquiera eran los del padre o la madre. Esto venía dado según la moda del momento, los padrinos del bautizo, los lazos clientelares que pudiese tener la familia, el santo del día, u otras cuestiones. Así, hubo una época, a mediados del siglo XVI , en que estaba de moda que las hijas llevasen los apellidos de la abuela materna. En otros casos por agradecimiento al señor a quien se servía se ponía el apellido de éste, y, a veces, se eliminaba el apellido del padre o abuelos, si tenía asomo de haber sido de antepasados judíos o musulmanes. También es cierto que, en las familias nobiliarias, se guardaba más el apellido para evitar que se perdiese. Por esto mismo, si realizáis vuestra genealogía no os desesperéis si, pasando del siglo XVIII hacia atrás, no os cuadran los apellidos. Yo, por ejemplo, en mi árbol genealógico, durante el siglo XVI, desciendo, por una de las ramas, de Domingo Fresneda. Este tuvo varios hijos e hijas, Pedro Fernández Fresneda, Ginesa Sánchez y Catalina López, entre otros. Yo desciendo de la unión de Catalina López con Lucas Hidalgo. El tema de los apellidos en la  Edad Media  y  la  Moderna es, a veces, casi un rompecabezas. Si buscáis los antepasados en este tiempo, tened todo esto muy en cuenta.

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