jueves, 1 de diciembre de 2011

La música en tiempos bajomedievales



La música, durante la baja Edad Media, aún se consideraba, en cierta manera, como una demostración de la armonía que Dios había dispuesto para el mundo terrenal. Era una de las cosas que el Creador había dado al hombre, la inspiración para crear y tocar música, para uno mismo y para los demás. Era algo mucho más que un arte. La música estaba presente en todas partes, en la Corte y en la más pequeña aldea.Era asequible para el Rey  y para el más humilde campesino. Desde el gran músico cortesano hasta el pastor con su flauta de madera y tambor de pelleja, este arte cubría y empapaba todas las esferas sociales. Cualquiera que haya leído el Quijote, y ya es una sociedad del siglo XVII, podrá entender lo que digo. A lo largo de toda la obra, es raro el capítulo en que, de una u otra manera, no se ve reflejada la música en la escena. Siempre fue, es, y será un arte universal en el más puro sentido de la palabra. No sólo era una forma de entretenimiento, era, quizá inconscientemente, una especie de don divino a la que se atribuían cualidades hasta curativas. Durante estos siglos bajomedievales y quizás hasta entrada la Edad Moderna, era costumbre el que, además del médico, se atendiese al enfermo con una música suave, pensando que ello podría beneficiar su salud.
En todos los ambientes la música se hallaba presente. En la primera mitad del siglo XVI, la parroquia de santa María Magdalena tenía su órgano, y su coro. Era cosa corriente que la gente que vivía adentrada en los campos y montes, se acompañase de algún instrumento musical, muchas veces fabricado por ellos mismos. En este tiempo, había, en general, mucha más gente que supiese cantar y tocar instrumentos musicales que hoy en día. La vida cotidiana, la alegría y el dolor, siempre anduvieron rodeadas por el, posiblemente, primer arte que nació con la humanidad misma.

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