martes, 15 de octubre de 2013

La cuestión del obispo de Modrussia en la consagración de la ermita de la Purísima Concepción, de Cehegín.


Fotografía de la primera mitad de los años 30 del siglo XX, del Paseo de la Concepción

Este artículito también aparece en mi libro " Miscelánea histórica de Cehegín", publicado hace unos días.



Desde hace muchos años, ha sido un tema de discusión polémica la cuestión relativa sobre quien fue, verdaderamente, el obispo que consagró la ermita de la Purísima Concepción. Las inscripciones existentes en el altar dicen que fue el obispo de Modrussia en el año 1556. La historiografía local tradicionalmente se ha decantado en dos sectores, uno que ha aceptado que fue el tal obispo y otro que lo negaba, argumentando que fue el obispo de Cartagena quien la consagró. El obispado de Modrussia estaba en Croacia y era propio del rito romano. Esta región nunca fue conquistada por los turcos. El obispo en cuestión  que pudo haber consagrado la ermita de la Purísima Concepción fue don Diego de Loaysa, español, de la poderosa familia de los Loaysa, en que se encuentran algunos clérigos de gran prestigio en la España del siglo XVI. Don Diego fue obispo de Modrussia, a la sazón, con seguridad colocado por mediación del emperador Carlos V, por la importancia de este enclave estratégico, a nivel político y religioso. Ostentó la cátedra episcopal desde 1538 hasta el año 1549 de manera efectiva, en que cesó, pero después permaneció con el cargo de emérito, apareciendo posteriormente en la documentación como obispo de Modrussia. Así hay constancia en las actas capitulares de la S.I. Catedral de Santiago de Compostela de una visita de don Diego. Antonio López Ferreiro en su Historia de la S. A. M. Iglesia de Santiago de Compostela (t. VIII, pp. 129 y 204) dice: "Prescindiremos de otras noticias de campanas de la Catedral y sólo anotaremos la que se lee en el acta capitular de 22 de abril de 1550, en que se dice que el Obispo de Modrusia, d. Diego de Loaysa, bendijo un esquilón al que se puso por nombre Santiago, que tenía una cruz y medallas del Apóstol con dos rótulos...". 
Parece ser que en el año 1553 realizó otra visita a la catedral compostelana. En función de estos datos es posible interpretar que fue don Diego de Loaysa el que consagró la dicha ermita de la Purísima Concepción, habida cuenta de que no parece lógico que se colocasen estas inscripciones de manera falsaria, ya que por otro lado el obispado de Cartagena no lo hubiese permitido de ninguna manera.




1 comentario:

  1. jose maría amores plasencia17 de octubre de 2013, 0:29

    ......tu escrito me permite hacer las siguientes sugerencias, no sin antes felicitarte por tu libro que estoy seguro serà de gran interés y utilidad, aún sin conocerlo todavía...

    1.- Parece sorprendente que el obispo de Modrussia sea el que realice la consagración de esta iglesia de Cehegín, teniendo en cuenta que tal obispado se sitúa a una distancia considerable, en Croacia, siendo normal pues la polémica, teniendo en cuenta la proximidad, que no influencia, del obispado de Cartagena.

    2.- No creo que sea la importancia de esta ermita la que determine tal protagonismo, sino mas bien una cuestión de poder y de relegación a un plano secundario del obispado de Cartagena, que por lógica parecía ser quién debería haber realizado tal consagración.

    3.- Derrotado el enemigo musulmán a nivel interno, con la mal llamada reconquista que más bien fué una guerra civil económica, político-militar y religiosa, parece evidente que el enemigo se encontrase ahora en el exterior y que como bien indicas, el emperador CARLOS V situase un bastión de gran influencia para asegurar la contención del enemigo turco. Y este lo encontraría, entre otras, en la poderosa familia de los Loaisa como señalas. Se garantizaría así todo tipo de recursos para evitar un retroceso, en donde el factor religioso sería encubridor de la importante ruta comercial con extremo oriente y que habría estado también en el orígen de las Cruzadas.

    4.- El protagonismo de este obispado y familias parece pues absorbente y busca su preeminencia interna y externa como pago por los encomiables beneficios al Imperio y al papado, del cual saldrían también beneficiados por el control de las rutas comerciales y los grandes beneficios que ello reportaría a la élite en el poder.

    5.- El hecho de que una ermita solo pudiese ser legitimada madiante el acto de la consagración denota tambien el fuerte sentido jerárquico de poder político y religioso en mutua alianza, pues en caso de no producirse tal connivencia ni la iglesia habría podido contruirse y todos los actos religiosos celebrados sin la debida autorización y consagración habrían pasado a ser considerados como sacrílegos y sin duda objeto de persecución por parte de La Inquisición.

    6.- La transformación del Cristianismo primitivo de carácter comunitario e igualitario parece pues evidente, pues a ninguna jerarquía se la habría ocurrido consagrar un espacio como las catacumbas o los primeros lugares de congregación de los ermitaños y ascetas seguidores de Cristo para evitar la persecución o el sacrilegio y surge, pues, como una forma de poder autoritario y de control jerárquico del pueblo cristiano de base y en general....

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