Hablar de Cehegín desde los años
70 del siglo XX es hablar de agricultura y desde luego de la producción de
mármol. La industria de la piedra ha sido un referente en el tejido industrial de
este pueblo durante los últimos 40 años. Canteras y fábricas han sido el soporte de la economía ceheginera, al
principio conjuntamente con la industria conservera y, después, al decaer la
primera, se convirtió en la principal fuente de trabajo local. Sin embargo, la
historia nos dice, a través de restos arqueológicos y de legados documentales
conservados en nuestro rico Archivo Municipal desde el siglo XVI, que ya desde
época romana, se realizaba la extracción del jaspe y del mármol en estas
tierras. No obstante, sin duda alguna,
la fama de los mármoles cehegineros creció como la espuma durante los siglos
XVII y XVIII, tal y como lo describe perfectamente el gran historiador don
Francisco Javier Gómez Ortín en su artículo “ Los afamados jaspes y mármoles de
Cehegín” donde documenta con claridad que fueron llevados los mármoles
cehegineros hasta la capilla de San Isidro, en la parroquia de San Andrés, en
Madrid, ornamentándose el interior de dicha capilla, el presbiterio del Cristo
de San Ginés y otras. En el año 1904 se llevaron varios cubos de jaspe a la Exposición Internacional
de Murcia, demostrando la fama que tenían no sólo a nivel regional y nacional,
sino también internacional. Siempre hubo canteras en Cehegín, aunque fuese en
los últimos 40 años cuando se aceleró la producción y su número creció de
manera mayúscula, a la par que se solicitaba desde fuera de la población, a
nivel nacional e internacional, cada vez más mármol y caliza.
Dice el franciscano Gómez Ortín,
autor de varios trabajos sobre el mármol de Cehegín, en el año 2000:
“He aquí el brillante pasado. Mas
he aquí el fulgurante presente, y he allí el alucinante futuro. ¿Cuando podía
soñar Cehegín con tener embajadores tan potentes, irresistibles y convincentes
como sus afamados mármoles, que hoy pregonan por todas las latitudes el nombre
de Cehegín?
Ganada a pulso aquella sólida
fama antigua, los modernos empresarios del mármol ceheginero no se han dormido
en los laureles. Antes al contrario, gracias al dinamismo del dúo empresarial
Marín Núñez, los mármoles de Cehegín han traspasado fronteras, y se han
expandido por el ancho mundo. Cumple resaltar la proeza de haber ganado el
Extremo Oriente, logrando clavar dos picas, no en Flandes, sino en la mismísima
Singapur, que eso vienen a ser las dos torres guarnecidas de mármoles de
Cehegín, plantadas en aquella fabulosa urbe, emporio de riqueza.”
Por otro lado, durante los años en
la actualidad de producción intensiva de mármol y piedra un sector que
proliferó, mucho antes del llamado boom inmobiliario fue sin duda el de la
construcción, que se vio profundamente influenciado por el dinamismo económico
producido por el sector del mármol desde los años 70 del siglo XX. En realidad,
en el caso mismo de Cehegín, es evidente el paralelismo existente entre la
evolución socioeconómica del pueblo desde principios de los años 70 hasta hoy
en día. Cuando ha llegado el momento en que ha pasado por una situación complicada con la crisis, Cehegín ha tenido problemas
socioeconómicos graves, entre ellos el peor de todos que es el paro, precisamente porque, desde la casi desaparición de la industria conservera y del zumo, el pueblo quedó en manos de un único sector importante generador de empleo, el del mármol y la piedra, y al decaer éste debido a la crisis, evidentemente Cehegín se ha visto abocado a la situación actual de paro, ya que no hay otros que cubran a nivel de empleo la caída del mármol. Es el peligro que tiene el que la economía de un municipio haya dependido durante mucho tiempo de un sólo sector.
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