jueves, 7 de abril de 2011

El poyo, ese elemento ya casi olvidado.


He aquí en la fotografía lo que, a pesar de su sencillez, se convertía en el mundo rural en un elemento casi indispensable de la vida cotidiana. En todas las casas de campo y, en los pueblos, donde era posible ponerlo, existía.El poyo era lugar de asiento, de trabajo, de cotidianeidad, ese algo en lo que no se repara habitualmente, pero que siemre estaba ahí cuando se construía una casa. Bien pegado a la pared, bien en el árbol que podía haber enfrente de la fachada, como es el caso de esta fotografía. Los había de muchos tamaños, cortos, largos, más anchos, más estrechos. El poyo podría y debería, de hecho, ser perfectamente un elemento de estudio etnológico. Todos aquellos que han vivido o conocido el ambiente rural los recuerdan,  seguro, a la perfección. El poyo es imagen de descanso y de relación social entre vecinos.Es, o era, mucho más de lo que aparenta su sencillez.

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