miércoles, 29 de junio de 2011

La nieve en el Cehegín de la Edad Moderna

Fotografía de una nevada en Cehegín. Propiedad de Meteocehegín

“Se  obligan a volver, restituir o reintegrar los citados un mil reales de los primeros dineros que baia produciendo la niebe que se bende desde primero de maio próximo en adelante, sin quiebra ni falta alguna, y, asimismo se obligan de surtir y abastecer de toda la niebe nezesaria  a esta villa y su común desde primero del próximo mes de maio asta quatro de octubre del corriente año, a los prezios contenidos en dicho pedimento, que son los de diez maravedíes cada libra en los meses de junio y julio, y en lo demás de dicha temporada a ocho marvedíes cada libra, bajo las reglas y condiciones contenidas…”
 Fragmento de una escritura sobre abasto de  la nieve a la villa de Cehegín, de 2 de marzo de 1766

El texto con el que iniciamos este articulillo viene referido a la obligación contraída por Tomás García Torrecilla y Juan Martínez Montejano, de abastecer a la villa de Cehegin de nieve, en la temporada del año 1766. A mucha gente le resulta muy curioso el tema del abastecimiento de hielo y nieve, y su comercialización  en estas épocas, pero lo cierto es que desde época romana se sabe que la nieve ha sido un elemento muy usado con diferentes fines. En la Edad Media fue muy usada por los médicos judíos y musulmanes. Desde luego la documentación municipal refleja la importancia que se le dio en la  Edad Moderna. Los pozos en el término municipal estaban, lógicamente, donde más nevaba, y era en la sierra de Burete. Estos pozos eran de titularidad concejil, y se arrendaba su utilización por un año, para el acopio de la nieve, su extracción y venta desde mayo a septiembre. En condiciones realmente duras, los encargados de llenar el pozo, cuando había nevado, subían hasta el lugar, en condiciones climatológicas, en general, muy malas, y la arrojaban dentro. Después se iba aprisionando para que se fuese convirtiendo en hielo, y así, paulatinamente, hasta que se podían meter la mayor cantidad posible. Después con paja o hierba seca se cubría para que aguantase hasta que se extraía el hielo, cortándolo en bloques. Este era transportado en bestias de carga, desde el atardecer o por la noche, hasta el pueblo, donde se vendía. Su uso era cuestión importante, pues era utilizado por los médicos para tratar las calenturas y fiebres, así como en otros tratamientos. Además, en arcones que servían como rudimentarias cámaras frigoríficas, se guardaba el hielo en las cimbras, los lugares más frescos de la casa y se usaba para la conservación a corto plazo de los alimentos más perecederos, como el pescado fresco o carnes no curadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario