Era tu sonrisa licor,
licor que endulzaba los labios,
labios que sabían a miel,
miel de romero en tus besos,
besos que sabían a lluvia,
lluvia perfumada, primavera,
primavera en nuestras bocas,
bocas que sabían a rosas,
rosas de serena templanza, quietud, amor,
amor, fuente donde beber tus besos,
besos que daban paz, para apaciguar el alma.
Francisco Jesús Hidalgo, 1996
realmente es una poesía preciosa.
ResponderEliminarMuchas gracias...
ResponderEliminarEsta faceta tuya no la conocía, me ha encantado, desde luego eres un diccionario, el otro día me quede maravillado, al ver con qué soltura y sabiduría hablabas del tema motivo de la visita, me encanto el haberos acompañado.
ResponderEliminarGracias Antonio. Bueno, este poema es antiguo, de todas formas yo soy un poeta mediocre, aunque me gusta la poesía. Es quizá, el genero literario más difícil. En cuanto a la visita del otro día al yacimiento arqueológico fue magnífica. Un abrazo Antonio.
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