El boticario recibía un sueldo anual por parte del Concejo de la Villa de Cehegín para el pago de las medicinas que destinaba a los enfermos pobres que estaban atendidos en el hospital de Caridad. En el año de 1748 el boticario era Andrés Sánchez, y su botica estaba muy cerca de la puerta de Caravaca. Bonita palabra la de botica, ya muy en desuso, aunque yo aún la recuerdo en boca de los ancianos al referirse a la farmacia y es que a partir del siglo XIX ya se regulan los estudios de farmacia, apareciendo entonces la denominación de farmacia y farmacéutico.
“ Le sea entregado, dé y pague a Andrés Sánchez boticario de esta dicha villa, ziento y diez reales de vellón, los mismos que importa su salario anual, consignado por la medicinas que de su botica suministra a los pobres enfermos de el hospital…”
Actas Capitulares. Archivo Municipal de Cehegín. 1748
El boticario debía de pasar un examen para obtener el título de maestro de botica y así poder ejercer dicha profesión. El maestro de botica era una especie de químico a la antigua usanza, conocedor de todo tipo de elementos y de la proporción exacta necesaria para elaborar los remedios. Está muy relacionado con el médico, también pagado por el Concejo para el trato y la asistencia a los pobres enfermos. Contemporáneo de Andrés Sánchez era el doctor don Joseph Picó, médico de la villa.
“ Se dé y entregue de don Joseph Picó, médico desta villa ciento y diez reales de vellón, los mismos que por salario anual le están consignados por la asistencia que haze a los pobres enfermos desta villa y su hospital…”
Actas Capitulares. Archivo Municipal de Cehegín. 1748
En alguna ocasión realizaré una entrada extensa con relación las boticas y farmacias de Cehegín desde el siglo XVI y otra, que tengo en proceso, sobre la figura del médico y su actividad en el Cehegín de los siglos XVI al XIX.
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