El planeta Tierra es algo
parecido a una isla en la inmensidad del océano cósmico. Quizá nos traiga
cuenta, y mucha, tener en cuenta esta afirmación, que no es ni mucho menos
gratuita ni demagógica como algunos la definirían. Es nuestra obligación
aprender de lo que la historia nos ha enseñado. Pensemos en el planeta como, en
efecto, una isla.
Todos habéis oído en alguna
ocasión hablar de la isla de Pascua, en el océano Pacífico. Es muy famosa por
las antiguas esculturas gigantescas denominadas “moais”, son fascinantes obras
de arte al aire libre. Pues, esta isla y sus estatuas de piedra son un buen
ejemplo que deberíamos de tener en cuenta si realmente el Ser Humano es
consciente de la que se puede avecinar para las futuras generaciones, quizá
para nuestros hijos.
La isla de Pascua fue habitada
durante milenios hasta que la población aborigen desapareció misteriosamente. Ese
ha sido un tema estudiado por historiadores y antropólogos durante bastante
tiempo, ya que no se encontraban razones aparentes para explicar la
desaparición repentina de la población. Parece ser que los investigadores,
desde hace unos años, han dado con el clavo de la cuestión, los mismos “moais”
fueron los culpables de que desapareciera el pueblo que los construyó. No, no
es nada paranormal ni esotérico. Una serie de factores se combinaron para
provocar una catástrofe. El más importante fue, sencillamente que, al cabo de
cientos de años, no quedó un sólo árbol en la isla. Fue totalmente deforestada,
lo que digo, ni un sólo árbol. Las talas masivas eran necesarias para obtener
troncos de cara el transporte de las grandes masas pétreas, y cada año que
pasaba había menos espacio de bosque. Además, la población creció y el uso de
la madera, evidentemente, resultaba necesario para la vida cotidiana. La
deforestación coincidió con determinados periodos en que se produjeron
alteraciones climáticas muy bruscas, quizá relacionadas con fenómenos como el
Niño. Eso trajo guerras intestinas, el que no quedase absolutamente qué comer,
ni vegetal ni animal, ya que los bosques fueron talados, se produjo una
hambruna bestial y la muerte por hambre de la población. En realidad no les
quedó madera ni para construir balsas o barcas con que huir de allí. La isla quedó
deshabitada hasta la conquista española. Es un buen ejemplo a tener en cuenta.
Somos una isla, si acabamos con los recursos nos vamos, literalmente, a la
desaparición. Pensadlo, no es un tópico. Simplemente las cosas son así.
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