Hay ciertos indicios que nos
llevan a pensar que, al parecer, el antiguo cementerio musulmán, o al menos uno
de ellos, en caso de que hubiese más de uno, se encontraba donde acaba la Plaza Vieja y comienza la
calle Nueva, en el actual Casco Viejo de Cehegín. Al parecer la muralla
cristiana de la Villa
se levantó pasando en este tramo junto o sobre el viejo cementerio, de modo que
ahí quedó tapado y apareció con unas obras de desescombro en el año 1830. Quizá
se conserven bajo el terreno y alguna de las casas de la calle una
parte de los sepulcros, aunque lo más lógico es que con las diversas obras que
se realizaron en la zona en el siglo XIX y la primera mitad del XX se
eliminasen los restos que pudiesen haberse salvado del desescombro de aquel año
1830. La indicación más evidente la encontramos en el
manuscrito de don Gregorio Ferrer, que incluye copia el manuscrito de don
Martín de Ambel y del manuscrito de don Alonso de Góngora Faxardo, añadiendo
algunas notas suyas para completar los mismos. Con respecto a este tema escribe una
nota interesantísima sobre cierto descubrimiento realizado en el año 1830, que
a continuación transcribimos.
“En diez de mayo de 1830, estando
quitando el escombro de la Plaza Vieja
por mandado de la Real Justicia
de esta villa de Cehegín y en el sitio donde da principio la calle Nueva, se
encontraron diferentes sepulcros de moros, y habiendo descubierto dos, se
vieron en ellos en cada uno una calavera, huesos y ropa. Estaban dichos
sepulcros fabricados con obras de yeso y cal muy fuertes, y estaban debajo de
la muralla de la iglesia en el dicho sitio, junto al murallón segundo que hay
en dicha calle, y se advierte haber todavía más sepulcros. Todavía se advierten
más junto a los que han encontrado, que están pegados a una piedra grande viva,
sobre la cual está fundado el dicho murallón.”
Manuscrito de don Gregorio
Ferrer, a través de la copia de don Andrés de Cuenca González, del año 1873,
que se conserva en el Archivo Municipal de Murcia.