viernes, 28 de agosto de 2015

El poema de la semana. "La luz interrumpida", de Luis Rosales


Nunca pero contigo, aunque la vida sea
la luz de esa mañana que nunca viviremos,
un tren que no esperabas y ha llegado, una hora
que empieza siendo alondra y acaba siendo espejo. 

Cuántas veces he visto un columpio en tus ojos
mirando y sin mirar un ayer venidero,
viviendo y sin vivir algo que nunca llega
y a fuerza de esperarlo se va haciendo más nuestro.

Miradas con recuerdos por hacer que aún se doran
¿en qué sol amarillo o en qué tarde de invierno?
soles que ya estuvieron ardiendo en otra boca
y luego al enfriarse se convierten en besos.

Manos que poco a poco se han ido haciendo sombras
y alucinadamente te acarician durmiendo,
cenizas ¿de qué luto?, despertar ¿en qué vida?,
y esta mínima y lenta procesión de los huesos,

y este temblor de azúcar bajo la lengua cuando
te toco y no sé cómo despiertas y te veo
y tu cuerpo es un río que pasa ante mis ojos
y el amor vuelve a darnos su desmemoriamiento,

y esto quizás no vuelva a suceder, quizás
no vuelva a despertarme con los ojos abiertos,
ni sepa en qué momento de luz interrumpida
la nieve vendrá a verme cuando estemos naciendo

juntos y para siempre, ¿en qué mañana? ¿cuándo
seré sólo una lluvia de ceniza en tu cuerpo
y aún querré estar contigo y vivir una vida,
de después o de nunca, para seguir cayendo?
            

miércoles, 26 de agosto de 2015

Las razzias o incursiones desde el reino de Granada en el Cehegín del siglo XV, y un texto de Martín de Ambel, del siglo XVII


Cehegín, Caravaca,  Moratalla eran, desde el siglo XIII, parte de una extensa frontera con el reino de Granada, permeable y algo difusa, con un espacio intermedio que fue una especie de tierra de nadie entre el reino de Castilla y el granadino, un lugar peligroso y también a la vez de contacto entre dos mundos y dos culturas. Las razzias granadinas fueron muy comunes en los siglos XIV y XV, en las que grupos pequeños de hombres a caballo y también algunos a pie, llegaban de una manera rápida y efectiva, asaltaban casas de campo, y poblaciones pequeñas no guarnecidas y robaban ganado, bienes y lo que se pudiesen llevar de valor. También solían capturar personas que, bien podían acabar de esclavos o, más corrientemente, eran usadas para pedir rescate, lo que también hacían los cristianos en sus propias algaradas sobre territorio granadino. Esto era casi siempre lo más rentable de las razzias, el cobro de un dinero a cambio de su liberación. También se usaba mucho como intercambio de prisioneros por ambos bandos. En el texto siguiente Martín de Ambel nos narra un hecho que fue real, aunque de manera exagerada en cuanto al número de granadinos que participaron en dicha razzia, ya que 3000 soldados de a pie y 600 a caballo era un ejército en toda regla y las incursiones en territorio castellano se hacían de manera rápida y eficaz, y ello implicaba un número de hombres poco elevado, que fuese difícil de avistar por las guarniciones defensivas y pudiese escapar rápidamente con los bienes robados y las personas cautivas.
De combatir la incursión en el siglo XV se encargaban las milicias locales, que siempre debían de estar preparadas y apunto, con los caballos( los milicianos que lo tenían ) y las armas en perfecto estado para salir al campo a perseguir a los atacantes, liberar a los cautivos y recuperar lo robado. No obstante, en muchos casos, los atacantea actuaban con tal rapidez y maestría en el arte de la guerra que no eran detectados hasta que habían realizado la incursióny ya se encontraban de vuelta hacia su tierra.


"Asimismo reinando en Castilla y León el Señor rey Don Juan el segundo, y siendo comendador de la villa de Cehegín y Caravaca Garci López de Cárdenas, por los años de Nuestro Señor Jesucristo de 1440, los moros del reino de Granada corrieron por estas tierras y llegaron a Calasparra, distante de la de Cehegín, al septentrión, tres leguas, situada cerca de las riberas del río Segura y habiendo dado aviso el Comendador a las fronteras y a la ciudad de Murcia, la gente de Lorca, que en todas las ocasiones se han mostrado valerosos, vinieron con notable brevedad y habiéndose juntado con las gentes de Cehegín, Caravaca y Moratalla, les salieron al encuentro a los moros y pelearon con ellos en el término de dicha villa de Moratalla, en el territorio que llaman Puerto del Conejo, y los apretaron de manera que a 600 moros de a caballo y a 3000 de a pie que venían, los vencieron y mataron los más de ellos.  Y siguiendo los nuestros al alcance, les quitaron la cabalgada en la cañada que llaman de la Cruz, de cuya batalla le quedó este nombre, porque dicen comúnmente que se les apareció en ella a los nuestros la Santísima Vera Cruz de Caravaca, y en esta misma ocasión sirvió la villa de Cehegín a S.M. con 358 soldados, en dos compañías de infantería y una de caballos, y los que fueron incorporados con las compañías de Murcia."

Martín de Ambel y Bernad. Antigüedades de la villa de Cehegín.

lunes, 24 de agosto de 2015

Documento del año 1582, del Concejo de Cehegín, regulando la corta de árboles





Documento del Concejo de Cehegín, de fecha 2 de octubre de 1582, relativo a la corta de árboles en la villa. Archivo Municipal de Cehegín. Para aumentar la imagen, pinche en la misma.

sábado, 22 de agosto de 2015

El poema de la semana. " Balada del ausente", de Juan Carlos Onetti



  Balada del ausente

Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad, su diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo, no inventará arrugas, no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un encuentro que no se cumplirá.

viernes, 21 de agosto de 2015

Presentado el cartel de las fiestas patronales de Cehegín 2015



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El cartel de las fiestas patronales de Cehegín 2015, obra del fotógrafo Pedro López Chico, ha sido presentado por la concejal de Festejos del Excmo Ayuntamiento, Ana María Molina López y por el autor del mismo. Según Pedro López, se ha pretendido con el mismo realizar un homenaje a uno de los días más grandes de las fiestas, el " Día de las Huertanos".

jueves, 20 de agosto de 2015

Documento concejil sobre la pila bautismal de la iglesia de Santa María Magdalena, construida en el año 1532.


Acta capitular de 1 de mayo de 1532, relativa al remate de la pila de la iglesia de Santa María Magdalena. Archivo municipal de Cehegín. Para aumentar la imagen pinche sobre la misma.



“Remate de la pila de la iglesia.

En la villa de Cehegín, en primero día del mes de maio de mil e quinientos e treinta e dos años, este día , por ante mí Diego d´Espín, escribano del Concejo de la dicha villa, Martín de Paredes, mayordomo de la iglesia maior desta dicha villa, hizo rematar e se remató la pila de la iglesia de la dicha villa, en almoneda pública, por un año cumplido desde el día de Pascua de Resurrección próxima pasada deste presente año, hasta el día de Pascua de Resurrección del año primero viviente de mil e quinientos e treinta e tres años, la qual dicha pila e renta Della andando en la dicha almoneda después de otras muchas pujas la puso Juan de Chinchilla el viejo, vecino de la dicha villa, en onze mil maravedíes, once mil maravedíes de prometido que quedan líquidos para la dicha iglesia diez mil maravedíes , los quales dichos diez mil maravedíes a de pagar por terçios de quatro en quatro meses, por manera quel çaguero  terçio a de pagar para el dicho día de pascua de Resurrección del año de mil e quinientos e treinta e tres años…”

Fragmento del documento del remate de la pila de la iglesia. Actas Capitulares año 1532. Archivo Municipal de Cehegín

martes, 18 de agosto de 2015

Sobre el suministro de energía eléctrica en el Cehegín de 1927

Acta capitular de 22 de diciembre de 1927. Archivo Municiapl de Cehegín. Pinche sobre la imagen para aumentarla





Desde que llegó la electricidad a Cehegín, con los nuevos tiempos, con el mismo siglo XX, en el año 1901, poco a poco se fue asentando su instalación, primero en el alumbrado público y después en el de las casas e inmuebles de particulares y empresas. Así, en el año 1927 la empresa Eléctrica del Segura era la que se encargaba del abastecimiento de fluido eléctrico al pueblo, mejor dicho al casco urbano, ya que, el alumbrado eléctrico no llegó a las pedanías hasta muchísimo más tarde, ya muy avanzado el siglo.  El acta capitular que pueden leer a continuación es referente a la construcción de un transformador en el Paseo de la Concepción para poder abastecer de energía eléctrica a toda esa zona del casco urbano.

“Transformador para la Eléctrica del Segura

Leído u escrito que en nombre de la Sociedad Eléctrica  “ La Eléctrica del Segura” domiciliada en Murcia, eleva a esta Corporación, con fecha 16 del actual, Don Miguel Mas de Béjar, pidiendo se autorice a su representada para construir un transformador de 4 metros de frente por 3 de fondo y 5 de altura, en terrenos del Ayuntamiento situados en los ejidos del Paseo de la Concepción, al lado derecho de la entrada de la calle Eras Altas, con las condiciones que se estimen justas. Se abrió disensión y se acordó por unanimidad autorizarle desde luego para llevar a efecto la mencionada construcción, reservándose el municipio la propiedad del terreno que se ocupe, del que podrá disponer en caso de reformas urbanas y además los derechos que actualmente le asisten de imposición de arbitrios sobre las construcciones eléctricas y tendido de cables por la vía pública y demás terrenos comunales, para cuando le convenga utilizarlos”

Acta capitular de 22 de diciembre de 1927.

sábado, 15 de agosto de 2015

El poema de la semana. " Sin voz, desnuda", de Pedro Salinas



 Sin voz, desnuda

Sin armas. Ni las dulces
sonrisas, ni las llamas
rápidas de la ira.
Sin armas. Ni las aguas
de la bondad sin fondo,
ni la perfidia, corvo pico.
Nada. Sin armas. Sola.

Ceñida en tu silencio.
«Sí» y «no», «mañana» y «cuando»,
quiebran agudas puntas
de inútiles saetas
en tu silencio liso
sin derrota ni gloria.
¡Cuidado!, que te mata
fría, invencible,
eterna eso, lo que te guarda,
eso, lo que te salva,
el filo del silencio que tú aguzas.

viernes, 14 de agosto de 2015

Las obras de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de 1927 a 1929



Acta capitular de 11 de junio de 1928. Archivo Municipal de Cehegín. Pinche en la imagen para aumentarla.




Entre 1927 y 1929 se produjeron una serie de obras de reforma en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, de Cehegín, de modo que se arregló la fachada, se puede leer la inscripción en la misma en que está grabado el año de terminación de las obras de la fachada, el 1927, y también se colocó un suelo nuevo sobre el anterior, ya viejo y deteriorado. Este pavimento, enlosado, fue inicialmente costeado con los escasos fondos de la parroquia y la ayuda de los feligreses con sus donaciones, pero aún así no había suficiente dinero para acabar la obra. En 1929 el Ayuntamiento realizó una aportación, con la cual se pudo terminar el nuevo suelo. Aquí dejamos el acta capitular de 11 de junio de 1920, transcrita de la imagen digitalizada que también dejamos para que los lectores.

“Leída otra instancia fecha 9 del actual, por la cual el sr. cura párroco de esta ciudad, don Manuel Rodríguez Maymón solicita una subvención de este municipio para poder terminar las obras de pavimentación del templo parroquial a su cargo, que como es sabido, se están haciendo a expensas de la generosidad particular , y teniendo en en cuenta esta corporación que por el momento no puede contribuir al fin de que se trata por no existir crédito para esa atención en el presupuesto corriente, acordó por unanimidad consignar en el que forme para el próximo años 1929, la cantidad de 1000 pesetas que serán destinadas al objeto de que se trata, en cuanto el mencionado presupuesto tenga carácter definitivo.”

Acta capitular de 11 de junio de 1928. Archivo Municipal de Cehegín.

miércoles, 12 de agosto de 2015

El nombramiento de Miguel Primo de Rivera como Hijo Adoptivo y Alcalde Honorario de Cehegín, en 1928


Acta capitular de 30 de agosto de 1928. Archivo Municipal de Cehegín. Pinche en la imagen para aumentarla.


En 30 de agosto de 1928 se declaró a don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja Hijo Adoptivo de Cehegín y Alcalde Honorario. Éste dirigió el gobierno durante la dictadura que lleva su nombre, la Dictadura de Primo de Rivera, de 1923 hasta 1931, año en que se proclamó la II República Española, aunque él se exiliase en Paris en 1930 y fuese el General Berenguer quien siguió gobernando hasta que terminó el periodo de la Dictadura en 1931.  El gobierno local en el año 1928, dirigido por el alcalde don Fidel González Olivares, conservador, apoyó de manera institucional decididamente al General Primo de Rivera, y como tal envió representantes ese mismo año a Madrid para participar en la manifestación de apoyo al Régimen que se celebró el 13 de septiembre de 1928.

“De orden del señor alcalde, quien previamente ha declarado el acto público, procedí yo, el Secretario a la lectura de la convocatoria que tiene por único objeto el acordar, si procede, nombrar hijo adoptivo y alcalde honorario de esta ciudad  al Excmo. Señor don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, actual presidente del Consejo de Ministros, para conmemorar el quinto aniversario del golpe de estado que bajo su dirección se operó en “España al día 13 de septiembre de 1923. Y enterados los señores concurrentes, teniendo en cuanta los relevantes servicios prestados a los intereses nacionales tanto en el orden económico cuanto en el político y social por el interesado y deseando la Corporación sumarse al movimiento nacional que se observa estos días hacia tan preclaro hombre de estado, expresándole su reconocimiento, acuerda por unanimidad nombrarle desde luego Hijo Adoptivo y Alcalde Honorario de Cehegín y autoriza al Señor Presidente  para  que por medio del correspondiente oficio le sea comunicada esta resolución y que una comisión de este Ayuntamiento se traslade a Madrid el día 12 del próximo septiembre para asistir a la gran manifestación que se proyecta celebrar en conmemoración del 13 de septiembre de 1923.”

Acta capitular de 30 de agosto de 1928


lunes, 10 de agosto de 2015

La reorganización de la Banda Municipal de Música de Cehegín en el año 1927






Acta capitular de 23 de diciembre de 1927, referente a la reorganización de la Banda Municipal de Música. Archivo Municipal de Cehegín. Pinche sobre la imagen para aumentarla.










La Banda Municipal de Música que tan brillantemente funcionó desde su fundación, sufrió una especie de bache  a medidos de los años 20 del siglo XX, fundamentalmente motivado por la falta de medios económicos derivados de la situación problemática de las arcas municipales ( ya sabe el lector que la banda, aunque dispusiese de cierta autonomía, como municipal que era cobraba de los fondos del Ayuntamiento, tanto en el salario de los músicos y su director como en la compra de todo el material necesario). En Cehegín siempre se tuvo mucho aprecio por la banda y  un cierto clamor popular pidió que se volviese a los tiempos anteriores en su funcionamiento era motivo de satisfacción para todo el pueblo. Por lo tanto, en 1927 se creó una comisión municipal encargada de su reorganización . El siguiente documento es transcripción del acta capitular, de la que también dejamos fotografía.

“Comisión para reorganizar la banda.

Siendo conveniente estudiar y llevar a la práctica la reorganización de la Banda Municipal de Música de esta población, a propuesta del Concejal don Juan Noguerol Puerta, acordó el Ayuntamiento nombrar una comisión integrada por el proponente y por los concejales don Alfonso Puerta Ibernón y don Francisco Azorín Fornet, como representantes del municipio a la que se agregarán como vecinos y entusiastas de aquella don Cristóbal Zarco Noguerol, Don Felipe Valero Ruiz y Don José Navarro de Cuenca ( hijo). Esta Comisión queda facultada para todo cuanto se refiera al funcionamiento, organización, interior, deberes y atenciones de los que compongan la Corporación, dictando las normas y reglamentos que estimen convenientes, teniendo en cuenta el crédito que para esta atención figura en el presupuesto”

Acta capitular de 23 de diciembre de 1927




sábado, 8 de agosto de 2015

"Este verano...", un poema de Paulina Vinderman






Este verano...

Este verano se parece a un pueblo todavía humeante
después de un bombardeo.
Del otro lado del río, en la bruma, un bote
está listo para llevarme a la frontera.
Si la metáfora suena dramática, es para proteger
esta ausencia sin brillo, el riesgo de una soledad en sordina
y a repetición.
Las heroínas no huyen del calor
ni de los muñecos quemados entre los escombros.
Hay que llegar (del otro lado), y escribir.
Y escribir es despojarme página por página
de un nombre anotado demasiada vida.
Amo este balanceo en la nada,
los recuerdos como linternas en la noche
que atraen a los animales y los alejan de sus cuevas.
Mi cueva es este verano inmóvil, metafísico,
casi reverente.
¿Hay alguien ahí?
No es fácil de entender tanta certeza, duele el mundo
y yo soy el mundo.
Un galpón atestado de maniquíes de vidrio
para verles, de lejos y cerca, los hilos de la repetición.

Paulina Vinderman

viernes, 7 de agosto de 2015

Una breve reseña sobre el afamado maestro de escuela en Cehegín (en los años 1892 a 1916 ) don Elías Martínez Rico.





Inventario del mobiliario y bienes de una escuela de niños de Cehegín. Año 1891-1892. Archivo Municipal de Cehegín.




Ahora que estoy plenamente metido en la elaboración de mi nuevo libro, que es una historia de le educación infantil y primaria en Cehegín, me sorprendo gratamente de la cantidad de cuestiones interesantes y bonitas que se van conociendo junto a otras ya conocidas sobre las que se va profundizando. Uno de los mejores maestros de escuela que han pasado nunca por este pueblo, y eso es mucho decir, fue don Elías Martínez Rico. A mucha gente le suena el nombre, pero no hay muchos que sepan realmente quien fue este hombre. Nació en Fuentelespino, provincia de Cuenca, en el año 1847. Tras obtener en título en la Escuela Normal de Maestros comenzó a ejercer con 21 años, y después de pasar por otras poblaciones llegó a Cehegín en el año 1892, con una edad de cuarenta y seis años. Maestro profundamente vocacional, sus técnicas de enseñanza, novedosas para la época, lo llevaron a conseguir que su alumnado fuese muy destacado con respecto a los de las otras escuelas. Fue un maestro modelo y persona entregada a los demás. Ello lo llevo a que le concedieran la Cruz de Alfonso XII en 1902 y, más tarde el ingreso en la Orden de Isabel la Católica.  Como saben los lectores en esta época (la Orden Civil de Alfonso XII se creó en 1902) se concedía la Cruz de Alfonso XII al mérito en los campos de la educación, la docencia, la investigación y la ciencia. En 1939 se creo la Orden de Alfonso X el Sabio y en el año 1988 ambas se refundieron en una sola.
Después de jubilarse, poco antes de 1920 se le puso su nombre a la Cuesta de Moreno, donde había estado su escuela durante muchos años. Durante el franquismo mantuvieron el nombre a la calle, aunque él ya había fallecido años antes, más por el recuerdo popular a su figura que por otra cosa. En los años 80, pensando por error que se trataba de una calle puesta en época de Franco, le quitaron el nombre y volvieron a la denominación de Cuesta de Moreno, dejando en el olvido a un hombre que dedicó su vida entre 1892 y 1916 a educar a los niños de Cehegín  y que, desde luego, fue un reconocido personaje no sólo a nivel local.
En mi libro de sobre la historia de la escuela en Cehegín hablo más detalladamente de tan interesante personaje de la educación y la cultura locales. Cuando esté terminado y publicado podrán leer todo aquello que no sabían sobre la escuela en cehegín desde el siglo XVI hasta nuestros días.



jueves, 6 de agosto de 2015

Hallado un documento inédito sobre Martín de Ambel en el Archivo Municipal de Cehegín

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Hace unos días vine a encontrar en un expediente del Archivo Municipal de Cehegín, del siglo XVII, con gran placer por mi parte,  un nuevo documento, al parecer inédito, sobre don Martín de Ambel y Bernad, el célebre hidalgo ceheginero que estuvo encerrado en la torre de la Concepción durante gran parte de su vida por dar muerte al alférez mayor don Alonso de Góngora y escribir su “ Historia de Cehegín”. Es un documento de su vida anterior al encierro en la Concepción, del año 1617, cuando tenía 25 años, época de la que se conoce muy poco sobre él. Entró a formar parte de la milicia de Cehegín para sustituir a un soldado fallecido. En sí mismo el documento no es que sea relavante, pero lo que lo convierte realmente en interesante es que nos da una breve descripción física del célebre hidalgo: “Es de hedad de veinte e çinco años. Es un hombre de buen cuerpo, con un lunar entre las dos cexas…” Un documento, sin duda, bonito que nos ayuda a completar un poco más la biografía de este conocido personaje de la historia de este pueblo

La transcripción del documento es la siguiente:

“Martín de Ambel.

Merchor López, muerto. Del número çinquenta y quatro. Entró en su lugar, de su voluntad, Martín de Ambel, hijo de Christobal de Ambel, que es de hedad de veinte e çinco años. Es un hombre de buen cuerpo, con un lunar entre las dos cexas, con espada y daga y arcabuz”

Bereberes, negros y moriscos: una aproximación al estudio de la esclavitud en Cehegín (1.561-1.650)



Se han recibido varios comentarios enviados por algunos lectores del blog sobre el interés que tienen en consultar este artículo y afirmando que no pueden encontrar las versiones en papel del mismo. Aunque fue colgado en este mismo espacio, en varios capítulos, en el año 2011, al parecer no se puede localizar debidamente, por lo cual lo dejo de manera íntegra para consulta de todo aquel que lo desee.

Francisco Jesús Hidalgo. Autor del artículo y administrador del blog.



Bereberes, negros y moriscos: una aproximación al estudio de la esclavitud en Cehegín (1.561-1.650)

“Primero día de junio de mill y quinientos y setenta y tres años, yo Joan de Lara, cura desta villa de Cehegín baptizé a Catalina, esclaua del doctor Baleriola, médico. Fueron padrinos morales el Tendero y la beata Caparrosa, y por la verdad lo firmé de mi nombre”

Joan de Lara

 Introducción

El estudio de las clases sociales bajas y de los grupos marginales en el Reino de Murcia durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna es desde hace bastantes años tema de investigación dentro de la historiografía murciana. La labor de una serie de grandes investigadores de nuestra tierra (1) ha logrado que la tarea de búsqueda en este asunto sea bastante menos áspera y los conocimientos sobre la materia en cuestión hayan avanzado considerablemente en los últimos 25 o 30 años. El mundo apasionante que nos ofrecen la Baja Edad Media y la Edad Moderna, aquella primera Edad Moderna del siglo XVI floreciente y la decadencia, puritanismo y transición del siglo XVII nos da la base de trabajo en que vamos a caminar a lo largo de este estudio. Este artículo se centrará en el periodo comprendido entre los años 1.561 y 1.650, con el claro motivo de recoger el momento de auge económico de la primera y la transición y crisis económica en el siglo XVII intentando dar a conocer someramente cómo se refleja el complejo mundo socioeconómico e ideológico y moral de esta época en el apasionante y poco conocido tema de la esclavitud.
                                                                    
Unas notas…

Como bien es sabido, el término latino antiguo que viene a significar esclavo es servus de donde evolucionaría hacia el término siervo -que en la Edad Media tiene una connotación un tanto ambigua pues sin llegar a tener la consideración jurídica del esclavo  en algunos momentos de facto lo es-. El término esclavus aparece en el latín medieval y está relacionado etimológicamente con s-luef, voz procedente del alemán que hace referencia a lo eslavo. Las campañas en Centroeuropa de los otónidas convirtieron a esta región en una cantera casi inagotable de género y potenciaron no sólo su llegada masiva al imperio, también su exportación hacia el mundo musulmán a través de las rutas comerciales establecidas. Las fuentes árabes de la época hablan de las mujeres eslavas como muy apreciadas en los círculos del tráfico de esclavos. Indudablemente, este concepto sigue teniendo durante la Edad Moderna la connotación que le es propia desde la antigüedad, referente al sentido de bien particular, propiedad de un amo o una institución que puede transmitirse por venta, herencia o donación. Pero de la idea medieval a la moderna sobre la esclavitud hay sustanciales diferencias que vienen marcadas por un concepto más humano del esclavo, al menos en los reinos de la Corona Hispánica.

  Cehegín: Estructura social y esclavos. Análisis estadístico

Podemos afirmar con seguridad que en Cehegín nunca hubo una cantidad muy elevada de esclavos, como demuestran las tablas estadísticas que a continuación presentamos. La villa tenía hacia 1.560 unos 800 vecinos- 3.600 habitantes aproximadamente (2) - de los cuales una ínfima parte controlaba el poder económico y por ende el político. Es la oligarquía local compuesta por varias familias de abolengo y tras los cuales hallamos una clase intermedia con una posición buena, hidalgos en gran parte y propietarios de tierras, y por último los pecheros, caballeros cuantiosos, artesanos, braceros y asalariados, que componen la gran mayoría de la población en esta época. En 1600 ésta era de unos 1.150 vecinos y en 1.650 de unos 1.200 aproximadamente. Es una estructura social que se mantendrá hasta el siglo XVIII. Los esclavos van a aparecer, lógicamente, vinculados a los dos primeros grupos dado el coste económico que suponía su adquisición y teniendo en cuenta que su propiedad era una forma de realzar el prestigio social. Su presencia va a venir dada, fundamentalmente y de forma directa, por la situación económica y factores religiosos e ideológicos, al igual que ocurre con temas de índole geopolítica y comercial de interés para la economía castellana y aragonesa en el periodo que nos ocupa: el Magreb y el Mediterráneo.
El estudio de las actas de bautismo del Archivo Parroquial de Santa María Magdalena nos indica, según se podrá comprobar en esta primera tabla, que entre 1.561 y 1.650 son bautizados 30 esclavos en la villa de Cehegín y su término y 59 hijos nacidos de esclavas son también llevados a la pila bautismal. De momento, el hecho de que sean bautizados en noventa años tan sólo treinta adultos en Cehegín, ya nos da indicios en relación a la distribución de la riqueza en la sociedad ceheginera del siglo XVI y primera mitad del XVII. Hay pocos esclavos y esos pocos pertenecen a un grupo de vecinos muy concreto.
Las actas de bautismo son una pieza interesante de cara al estudio de las desigualdades sociales en una villa de los siglos XV, XVI o XVII.  En principio, nos aparece una cifra total de 89 esclavos, pues los hijos quedaban como propiedad del amo y, por lo tanto, si sobrevivían se quedaban en ese status. He creído conveniente dar datos de cada diez años para facilitar más adelante la cifra real que es lo que nos interesa al fin y al cabo. Un factor a tener en cuenta es que había esclavos que no sabemos si estaban o no bautizados y no podemos sacar su número si no es de una manera indirecta (padres y madres nombrados en las actas bautismales), pues en las actas capitulares y los protocolos notariales no se ha hallado de momento noticia que nos pueda ayudar en la contabilidad, lo cual ya, al menos nos da alguna pista: su número era poco importante en la villa. No obstante no serían muchos los que estuvieren sin bautizar aunque tenemos constancia, al menos, de un hombre que es cristianizado una vez obtenida su libertad. Tal vez es posible que fuese bautizado en peligro de muerte o causa similar. Más adelante, en el espacio dedicado a los libertos nos ocuparemos de este tema.
Presentamos, a continuación, la primera tabla estadística en la que he venido a reflejar los números globales que nos dan las actas de bautismo para Cehegín en la cuestión del tema de los esclavos, resultando estos números bastante exactos de cara a una valoración del número de personas esclavizadas en la villa y su término en la segunda mitad del siglo XVI y la primera del siglo XVII.  Así, he intentado indagar en los índices de mortalidad infantil y adulta, la vida media y el número de ellos bautizados. También los que aparecen como progenitores y otros datos estadísticos para, aproximadamente cada 40 años, tener un número de esclavos que sea próximo a lo real (en la tabla nº 3, anexo I podrán leer la relación completa de nombres de los amos y número de esclavos que posee cada uno). El índice de mortalidad infantil en este sector y época, para este artículo, viene calculado en un 70% por lo que se estima que de cada 10 nacidos llegarían a sobrevivir al primer año 3 o 4. De los supervivientes que llegasen a la juventud únicamente el 50% llegaría a ser adulto. Los datos confeccionados para la demografía en este periodo nos vienen a indicar que de cada diez niños nacidos llegarían a la edad adulta dos por término medio, y ello se puede aplicar perfectamente a los hijos de esclavos, tal y como estamos haciendo en este artículo. Por ello es necesario tener en cuenta pero con reservas el número de nacimientos. La edad media de vida para este periodo se cifra entre 30 y 35 años. De todas formas estamos hablando de un colectivo relativamente pequeño para una villa como Cehegín en esta época y no podemos decir que el grupo sea, comparativamente hablando, con otros grupos marginales, de los que más hijos tienen. Está claro, como veremos ahora, que el hecho de que se prefieran con una diferencia abismal a mujeres frente a hombres en Cehegín hace que los índices de natalidad de nacidos esclavos sean relativamente elevados si tenemos en cuenta la población esclava que existe en la villa y su término.

 Tabla nº 1.  Esclavos bautizados en Cehegín (1561-1650). Fuente Archivo Parroquial de Santa María Magdalena. Actas de bautismo

Esclavos bautizados
Hijos de esclavos bautizados
total
años
Número total de bautismos
1
6
7
1561-1570

17
5
22
1571-1580

1
11
12
1581-1590

2
4
6
1591-1600

7
12
19
1601-1610

1
16
17
1611-1620

1
6
7
1621-1630

0
0
0
1631-1650
89


Realizando el estudio estadístico de las madres de los bautizados, de los adultos que pasan por la pila bautismal y de los nacidos esclavos he podido confeccionar un número aproximado de los esclavos reales que hubo en Cehegín en 1.561, 1.600 y 1.650. En algún caso de bautismo no es la madre si no el padre el que aparece en el acta, lo que indica que tal vez se tratase de un matrimonio, pero es algo muy inusual.
Estos datos que proponemos a continuación vienen sacados del análisis de las tabla nº 1 (anterior) y nº 3 (anexo I) que nombré anteriormente, y dada su extensión, presentamos al final del capítulo, en que vienen reflejados todos los nombres de los propietarios entre 1.561 y 1.650 que hemos podido recopilar, con la relación y número de los esclavos que tenía o tuvo cada uno a lo largo de su vida. Teniendo en cuenta todos los factores posibles como la mortalidad infantil, la vida media de un esclavo en esta época, las condiciones de trabajo y otros, he realizado un cálculo aproximado que habría en Cehegín de manera real en 1.561, 1.600 y 1.650 llegando a la conclusión de que aproximadamente serían:


1.561……  Las actas de bautismo comienzan este año. No se tienen referencias

1.600……. 30-40 esclavos

1.650……. 5-10 esclavos (no se produce ningún bautismo entre 1630 y 1650)


El análisis de la tabla nº 1 y de estas referencias estadísticas que presentamos en la parte superior ya nos sirven para ir completando algunas ideas, fundamentalmente que en torno al año 1.600 es la época en que su número fue mayor en Cehegín, posiblemente más que en el siglo XV y primera mitad del XVI. De estos siglos, hasta 1.550 no tenemos ningún tipo de fuente de momento que nos aporte más noticias al respecto de la población esclava, pero en mi opinión viene dada por el auge económico del siglo XVI que de alguna manera va a permitir que un sector de la sociedad en Cehegín (el grupo intermedio con un cierto patrimonio y tierras) pueda optar a la compra de esclavos, lo cual en épocas anteriores resultaba bastante más prohibitivo. Así al analizar la tabla nº 3 se podrá comprobar que muchos de los propietarios no eran de la alta sociedad ceheginera pero, qué duda cabe, su posición económica era bastante holgada.
En el decenio que va de 1.571 a 1.580 se produce una cantidad de bautismos muy superior a las demás en el periodo de noventa años que estudiamos y ello, a mi juicio, viene dado por un factor puntual de una gran importancia: la guerra de Granada con la sublevación morisca, y posiblemente el triunfo de Lepanto que  influyó decisivamente no sólo en el aspecto de control del comercio, también en el ideológico.
No todos estaban bautizados, como decíamos antes, lo que impide conocer con exactitud su número real, más aún teniendo en cuenta que no  tiene por qué bautizarse forzosamente al esclavo ya que como he podido comprobar en el caso de Francisco, liberto de Pedro Rodríguez, que es bautizado en 1.575, algunos son cristianizados una vez convertidos en libertos. Pero normalmente no sucede así pues el amo se encarga, y tiene la obligación moral de hacerlo, de enseñar el catolicismo y predicar el Evangelio. Ello facilitará en gran manera su posible puesta en libertad en un futuro. De hecho es el único liberto bautizado en Cehegín entre 1.561 y 1.650.
Desde finales del siglo XVI el índice de bautismos se mantiene, pero muy bajo, a excepción del periodo 1.601-1.610 en que se produce un aumento significativo, bautizándose siete esclavos. Después la natalidad es lo que aumenta espectacularmente, sobre todo en el decenio 1.611-1.620. A partir de este momento las cifras son muy bajas.  El último bautismo que nos es conocido en este periodo data del año 1.630 y no volveremos a ver la cristianización de uno de ellos hasta 1.670 concretamente cuando es bautizado uno propiedad de los Chico de Guzmán. Tal vez la gran crisis demográfica y económica, junto con el desastre que produjo la gran peste de 1.630 pudiera haber influido de manera decisiva en este comportamiento sobre la población de esclavos en Cehegín.


El origen y los traficantes

Tabla nº 2. Relación de bautismos por grupos. Fuente: Archivo Parroquial de Santa María Magdalena. Cehegín. Actas de bautismo

Años
Moriscos
Bereberes
Negros
Total de esclavos bautizados
Total de hijos de esclavos
bautizados
1.561-1.600
4
1
3
20
26
1.6011-650
0
2
1
9
34
Total
4
3
4
29
60


Antes de comentar los tres grupos de esclavos que encontramos en Cehegín en el siglo XVI es importante referirse a dos grupos generales en que es necesario hacer énfasis antes de analizar los grupos concretos, hemos de hablar de dentro de las fronteras (moriscos esclavizados) y esclavos extranjeros (negros y bereberes). Durante el siglo XV y principios del XVI al Reino de Murcia llegaron bastantes procedentes de Canarias (guanches) pero no disponemos de ningún tipo de constancia documental para Cehegín por lo cual no podemos afirmar ni desmentir que pudiese haber algún individuo de esta etnia entre los esclavos a finales del reinado de los Reyes Católicos. Desgraciadamente en casi el 60% de las actas de bautismo no aparece reflejado el grupo de origen del bautizado pero sí que podemos, de momento, sacar los tres grupos que conviven hasta 1600 y tras la expulsión de los moriscos los dos que quedan: bereberes y negros. En principio, casi no me cabe ninguna duda de que el grupo preferido por los compradores eran los negros, por su docilidad y menor rebeldía que los moriscos y los bereberes, aunque en los momentos posteriores a la sublevación de las Alpujarras comprobamos que se produce la mayor cantidad de bautismos de esclavos en Cehegín, en un decenio, hasta la abolición de la esclavitud. La gran parte de los bautismos de este momento son mujeres y es de suponer que más de una fuese traída por gente de la milicia de Cehegín que combatió en la sublevación de 1569. La mayoría de bautizados en 1.571-1.580 debieron de ser moriscos, pero las actas de bautismo sólo nos lo confirman en parte.  Es importante observar cómo la crisis económica paulatinamente va incidiendo en la cuestión de la llegada de esclavos a la villa.
Será la expansión catalano-aragonesa en el Mediterráneo, desde la segunda mitad del siglo XIV, lo que provoque el renacimiento de la esclavitud en la Península Ibérica. También la expansión atlántica portuguesa será clave en el siglo XV, convirtiéndose Lisboa en el centro del tráfico de esclavos negros de Europa en los siglos XV y XVI. Los bereberes entrarán debido a la intervención española en el norte de África ya desde la época de los Reyes Católicos y desde los centros de control militar como Orán en el siglo XVI. En la Península Ibérica el final de la Reconquista con la toma de Granada en 1.492 y la cuestión morisca con la sublevación granadina serán un factor muy importante desde el punto de vista de la esclavización de sujetos que habitan dentro de la Corona de Castilla. El tráfico con respecto al Reino de Murcia estaba controlado por comerciantes genoveses que habrían venido a sustituir a los judíos, expulsados en 1.492,  y posiblemente los bereberes entrarían para ser vendidos en Murcia a través del puerto de Cartagena,  mientras que casi con toda seguridad los negros llegarían a Castilla a través de los tratantes portugueses desde Lisboa y tal vez serían repartidos desde el importante centro de trata de Sevilla, aunque es posible que también llegasen desde el norte de África por medio de los mismos comerciantes italianos durante todo el siglo XVI.

A lo largo de este capítulo iremos viendo como los siglos XVI y XVII van a venir a ser sustancialmente diferentes el uno del otro con respecto a todas las facetas de la vida cotidiana y la cuestión política y económica y, como no, la esclavitud se verá afectada por los cambios paulatinos que se vienen percibiendo ya desde finales del siglo XVI.

  Los propietarios

En cuanto a los propietarios, decíamos que eran gente de las oligarquías locales y de un grupo intermedio con buena disponibilidad económica que compraba esclavos en la medida de sus posibilidades, sobre todo en el siglo XVI, lo que realzaba su prestigio y condición social. Este grupo intermedio es el conocido en Castilla como de los labradores ricos o caballeros cuantiosos, que son pecheros, a los que su buena situación económica permitía poder ostentar con la compra de algún esclavo. He podido extraer de las actas de bautismo la cantidad total entre 1.561 y 1.650, de 54 vecinos que tuvieron esclavos y de 7 cuyas identidades no conocemos. Teniendo en cuenta que el número de vecinos hacia 1.600 es aproximadamente de 1.150 nos podremos percatar de lo casi elitista que resultaba la posesión de un esclavo. En esta lista, que añadimos como anexo al estudio, se podrá fácilmente comprobar que la mayoría son vecinos del ámbito de la oligarquía local y otros que son hidalgos y poseen una renta suficiente para permitirse el lujo de tener un esclavo. Gaspar del Bayo, regidor en Cehegín a finales del Siglo XVI, los Fajardo, Carreño, Monterrosso, Úbeda, aparecen en la lista como propietarios. Los clérigos también gustaban de tener alguno como Domingo Fernández Álvarez o Alonso de Gea. Los alcaides de la fortaleza disponían de al menos un esclavo, el escribano Ginés Muñoz, el doctor Valeriola, son personajes de finales del siglo XVI que fueron, en su momento, propietarios. Los últimos vecinos que conocemos que los tuviesen y ya casi a finales del Siglo XVII serán los omnipotentes en esta época Chico de Guzmán, pero el esclavo ya es rara avis en la villa de Cehegín. Sí, porque, como después se verá, se está produciendo una cierta concienciación sobre el tema de la esclavitud que comienza a recalar en la sociedad desde la segunda mitad del siglo XVII, tal vez un poco antes. También es cierto que la crisis económica invitaba más a tener criados exclusivamente y dejar la ostentación para otros tiempos. En la segunda mitad del XVII sólo los encontraremos como decía en las más altas familias del pueblo.

La función del esclavo.

En el siglo XVII parece ser que, desde 1.610-1.615, la tendencia pueda ser la de optar por los criados o sirvientes de manera más decidida, pues aunque el status jurídico era diferente, de facto venía a ser lo mismo y no costaban dinero. Se prefieren en su gran mayoría las mujeres a los hombres pues, por regla general, el esclavo es destinado a los trabajos de casa y del hogar y las mujeres resultaban más adecuadas para ello, para ejercer de sirvientas, trabajar en las tareas propias de la casa, ir al mercado etc. También interesaba que procrearan porque ello suponía más esclavos sin tener la necesidad de comprarlos. Los varones, poco abundantes en Cehegín, se dedicarían a otros sectores de trabajo en la casa, a hacer tal vez de mozos, trabajar en las cuadras o al cuidado de animales etc. De todas formas su función era prácticamente igual a la de los criados, con los que vivirían y harían el trabajo sin distinciones, diferenciándose sólo en cuanto a que unos son personas libres y los otros, propiedad del amo. No parece ser que trabajasen en el campo como se desprende de investigaciones realizadas en otras zonas del Reino de Murcia. En las ciudades eran comprados también por gente perteneciente a los diversos gremios, en cuyos negocios servían como ayudantes y casi siempre en el marco urbano. No es el caso de Cehegín, aunque puede existir algún elemento concreto, lo que no he podido documentar, que fuese adquirido para el trabajo y ayuda en algún taller o similar. 
Para esta vecindad no tenemos constancia de la existencia de esclavos que trabajasen para el Concejo o alguna otra institución pública o privada pero es casi seguro que los hubo, pues es cosa corriente según las fuentes de otras villas o ciudades que determinados organismos o instituciones tengan algún esclavo de su propiedad. Parece que eran adquiridos para una gran variedad de funciones, desde mozos hasta verdugos en algún caso.
Las mujeres eran también usadas para otros menesteres, de ahí que algunas tengan varios hijos en un corto espacio de tiempo. Sólo en un acta de bautismo encontramos a un niño hijo de una esclava donde aparece el padre   “Francisco, de una esclava de Monterrosso y padre acólito”. El tema de los hijos bastardos en las clases sociales altas resulta tremendamente interesante. En esta época parece relativamente común y es sabido de todos, pese a la total ausencia de fuentes al respecto, la existencia de una cierta abundancia de hijos ilegítimos habidos de amos con esclavas. De momento no he podido hallar ningún documento que nos aporte información de las condiciones y vida del hijo bastardo, cosa por otro lado lógica y muy normal, pero podemos intuir, casi sin temor a errar, que ello pudo influir en una mayor atención en las necesidades del niño que, aunque ilegítimo, era natural y en la posibilidad, en caso de supervivencia del pequeño de que, una vez finado, el señor dejase en su testamento el deseo de hacerlo liberto. De todas formas son opiniones personales que espero poder contrastar en futuras investigaciones.

Esclavos y libertos

Hablábamos al principio de este artículo de un concepto más humano que se tenía del esclavo, que lo hacía diferenciarse notablemente de la consideración social que tenían en la Edad Media. En opinión de Ángel Luis Molina (4) y según estudios de García Gallo (5) el atentar contra la integridad física del esclavo había de ser castigada, según las leyes en el siglo XV, como si se hubiese delinquido contra hombre libre y se hace hincapié en que, no obstante, existía una gran tolerancia hacia los castigos físicos. Durante los siglos XVI y XVII la legislación va a continuar en ese sentido.
Los esclavos, a decisión del amo, podían ser liberados y por lo tanto pasar a tener un status jurídico equiparable al de los hombres libres. Son los libertos. Anteriormente comentaba que el que estuviesen bautizados predisponía a que fuese mucho más fácil convertirlos en personas libres, pues no estaba permitido que lo fuesen sin estar cristianizados. Hay casos, como el de Francisco, que comentábamos unas líneas antes, que se bautizan precisamente una vez puestos en libertad.
Había dos maneras de que el esclavo obtuviese la condición de libre que se vienen ejecutando desde la Baja Edad Media y se mantendrán hasta el Siglo XVIII como lo confirman los estudios de Antonio Peñafiel (6); son los testamentos y las cartas de libertad. El testamento refleja la voluntad por dejar en libertad al esclavo una vez finado el amo, para dar gracias o agradecer los servicios prestados, en algunos casos durante toda su vida. La carta de libertad es, como su propio nombre indica, el documento por medio del cual se concede la facultad de hombre libre a un esclavo y suele venir dada por la compra de esa libertad, o sea, la petición de un rescate. Éste, o su familia, pagarán una cantidad de dinero determinada, que normalmente coincide con lo que costó a su amo como condición previa para convertirle en liberto. Aunque normalmente esta operación se llevaba a cabo como hemos comentado, me veo tentado a pensar que en algunos casos se realizase con la intención de conseguir un dinero superior al que costó en su momento. Se buscaría un negocio lucrativo y probablemente la práctica de comprarlos y luego darles la carta de libertad exigiendo un precio superior a su compra, si no fue habitual si debió de darse en algunos casos. No obstante, esta práctica de buscar ganancias con las cartas de libertad es más propia del siglo XV antes de la conquista del Reino de Granada, muy común a ambos lados de la frontera murciano-granadina.
Peñafiel (7) apunta una cuestión muy interesante con respecto a la obtención de libertad de los esclavos en el siglo XVIII, pero que puede ser perfectamente extrapolable a los dos siglos anteriores: en muchas ocasiones éste es liberado en contra de su propia voluntad. Lo que a primera vista aparenta ser una auténtica paradoja no lo es tanto si se piensa con un poco de tranquilidad. El esclavo, como suele ocurrir, con multitud de objetos pierde valor conforme van transcurriendo los años y su mantenimiento cuesta dinero. Cuando se convierte en anciano, se queda impedido, o no puede desarrollar un trabajo efectivo para el que fue comprado en su momento, lo más fácil es deshacerse de él. En esta situación el liberto gozará de su “nueva vida” pero se le hará realmente difícil subsistir. En muchos casos no es extraño que de un grupo marginal como son los esclavos se pase a otro, el de los mendigos.

 Condiciones de vida

Parece ser que las condiciones de vida de un esclavo no eran malas y los amos se esforzaban por poder tenerlos en condiciones útiles y buena salud, como cosa propia que eran. El hecho de que tuvieran un precio elevado y fuesen un artículo casi de lujo así lo exigía. También hemos de tener en cuenta que los trabajos que realizaban, al menos en esta zona, ya lo decíamos antes, eran propios de tareas del hogar, de ahí que en su gran mayoría, tanto en el siglo XVI como en el XVII fuesen preferidas las mujeres. El que los trabajos físicos fuesen por regla general suaves incidía en la calidad y la duración de la vida del esclavo/a. No obstante tal y como opina Kamen refiriéndose a mediados del siglo XVIII, y que es aplicable totalmente a nuestro periodo de estudio, en muchos casos se trata casi mejor al esclavo que al criado. Esto lo hemos de interpretar en el sentido de que éste, como parte del patrimonio, debe ser ejemplo, como una casa o un carruaje, de la situación social y económica de su propietario. Irían, por regla general, bien vestidos y con buena presencia, intentando reflejar el poder económico y el buen trato del amo. Si una persona es capaz de gastar 15.000 maravedíes en una esclava sabe que lo hace porque puede, quiere que los demás lo sepan y además intenta que aguante en buenas condiciones el mayor tiempo posible. Eso sí, se le saca todo el rendimiento posible, tampoco vayamos a pensar que su vida transcurría entre algodones. Es la mentalidad de los ricos en el Cehegín de la Edad Moderna.

Derechos y consideración social. La mentalidad
Ya hemos dicho en más de una ocasión a lo largo de este artículo que los esclavos, como tal, carecen de todo tipo de derechos civiles, hasta el punto de que son propiedad, equiparados al rango de cosa, de otra persona. Sin embargo, es necesario comentar que ya desde mediados del siglo XVII la mentalidad va cambiando con respecto a la esclavitud. En este momento no es más que el producto natural de una evolución progresiva desde la Baja Edad Media en cuanto al concepto de ser humano. El esclavo es un ser con alma, una criatura de Dios y desde el siglo XIV ya se comienza a regular jurídicamente el trato y las condiciones de vida. Desde la segunda mitad del XVII se comienza a intuir lo inmoral de una práctica que sólo viene justificada en estos tiempos por su condición de paganos o gentes sin cristianizar. Esta nueva situación va a venir dada porque existe una serie, llamémoslo así, de derechos morales y religiosos, basados en la idea de que el esclavo también es hijo de Dios y por eso mismo se le pueden y deben administrar los Sacramentos. En las actas de matrimonio de la Parroquia de Santa María Magdalena curiosamente no he podido hallar ni un sólo matrimonio. Aparece alguno de moriscos libres, mixto de castellano y morisca y una noticia referente al bautismo de un bebé gitano. Los matrimonios de esclavos debieron ser raros en este periodo. Desde luego en Cehegín no conozco ninguno, pero hay referencias de matrimonios en otros lugares de Castilla. Más curiosidad, si cabe, me ha levantado la cuestión de los funerales y entierro, no habiendo podido encontrar una sola acta de defunción que nombre al esclavo. ¿Acaso a su muerte perdían la condición de manera que en el acta no se reflejase si eran o no esclavos? Lo cierto es que en estos momentos tengo mis dudas al respecto, pero ciertamente entre 1.561 y 1.650 no aparece reflejado ninguno en las actas de defunción, por lo menos como “esclavo de…” Lo más lógico y normal es pensar que dado su status jurídico no se les incluya en las actas de defunción, pero la total ausencia de noticias con respecto a la población esclava de Cehegín en este tema me plantea la posibilidad de hacer conjeturas. Está claro que los que morían sin ser bautizados no serían enterrados en suelo sagrado, pero no se sabe que ocurría con los cristianizados. Tal vez se reservaba un espacio destinado a estos grupos donde no estuviesen exactamente en el mismo lugar que los cristianos viejos. La zona de enterramiento en esta época era la parroquia de Santa María Magdalena y las ermitas de la villa.   Es de suponer que los gastos de entierro, funeral y misas corriesen a cargo del amo, cuando se hacían. Posiblemente se realizase un entierro sencillo y se dejase pagada una pequeña cantidad de misas por su alma y en algún caso el mismo esclavo podía dejar un poco de dinero, tal vez ahorrado a lo largo de muchos años, en el momento en que viera próxima su última hora. Esto es posible porque, a veces, el amo le permitía realizar pequeños trabajos fuera de la casa, con lo que podía reunir ciertas cantidades de dinero para uso propio.

El nombre

En Cehegín, al igual que en toda la Península es costumbre que los amos den un nombre cristiano al recién bautizado y a veces se da el caso de que sin estar bautizado se le de nombre al uso, como ocurre con el mencionado liberto de Monterrosso, pero lo más normal es la primera situación. En muchas ocasiones el nombre que se le daba era el del propietario, a veces junto con el apellido, algo bastante común, o bien de algún santo de la devoción familiar. Algunos mantenían su nombre original durante bastante tiempo, pero no es lo usual. A los hijos, propiedad también del amo, al igual que a los adultos se les solía dar el nombre del santo del día, el del amo o su mujer, bien el de algún santo, santa o bien alguna advocación de la Virgen, normalmente a que fuesen devotos los amos.



Los esclavos en Cehegín: objeto de ostentación

Cuando hablamos de los grupos adinerados y de poder (siempre van unidos) a lo largo de la Historia es fácil darse cuenta de un detalle que, a pesar de parecer nimio, es importantísimo por su relevancia en este tema: el rico no sólo debe ser rico, además tiene que demostrar que lo es para mantener el reconocimiento social. Aquí vienen al caso los esclavos y la justificación de que las oligarquías en Cehegín  los compren, pero también gente adinerada, que siendo hidalgos (muchas veces no lo son) disponen de un prestigio basado en el patrimonio. El esclavo, lo he dicho en varias ocasiones a lo largo de este trabajo, es un lujo, no una necesidad. En el Cehegín de los siglos XVI-XVII se compra simplemente por puro deseo de ostentación, por el hecho de querer demostrar que se puede permitir tenerlos en su casa, cuando realmente la misma función que realiza habitualmente la puede hacer una sirvienta o un hombre libre, un criado, y teniendo en cuenta que la adquisición de los criados no cuesta dinero y las labores que realizan, es lógico pensar que en una sociedad como la de Cehegín el poseer un esclavo daba cierto signo de distinción. De hecho, los criados siguen realizando sus tareas en conjunto con ellos y aunque jurídicamente tengan derechos que el esclavo no tiene, su situación es, de facto, prácticamente igual. Así comprendemos observando la tabla nº 3 (anexo I) cómo la mayoría de propietarios en Cehegín en estos noventa años sólo tienen uno o, a lo sumo, dos y sus hijos. El resto del personal está compuesto por criados.
Los precios de los esclavos en esta época, como en todas, varían bastante en función del físico, ser hombre o mujer, la edad etc. En algún caso concreto podía llegar a los 30.000 maravedíes que es una cifra muy elevada para la época, pero el precio normal podría rondar en torno a los 10.000-15.000 hacia 1600. Para Cehegín no tenemos de momento localizadas en los protocolos notariales cartas de compra y venta de esclavos, pero sí las hay  localizadas para Murcia y Lorca en los siglos XV-XVI (9)

Conclusiones

A modo de conclusión terminamos este capítulo. El hecho de que las actas capitulares no hayan arrojado de momento luz sobre las actuaciones del Concejo con respecto al tema de la esclavitud en la villa y su término no implica que no puedan aparecer acuerdos más tarde que nos saquen de dudas en algunas cuestiones sobre las que hemos tenido que buscar analogías en Murcia o Lorca.
De la idea medieval a la moderna en lo relativo a la esclavitud hay sustanciales diferencias que vienen marcadas por un concepto más humano del esclavo. Este seguirá sin tener ningún tipo de derechos civiles y será tratado como una cosa, una mercancía, pero se entenderá que es un ser humano y como tal tiene unos derechos morales que vienen dados sobre todo por poder recibir sacramentos como el bautismo y el matrimonio. Al menos en teoría, existe una legislación que vela porque no se cometan tropelías ni se les inflijan castigos físicos ni que el amo pueda darles muerte a su antojo.
Su número en Cehegín no fue ni mucho menos elevado, sino todo lo contrario, pero ello no quita que su presencia resulte interesantísima de cara al estudio de la sociedad local entre 1.561 y 1.650. Fueron traídos como elemento de ostentación social por los grupos adinerados y ello es un factor vital para poder entender la mentalidad de la época. Se preferían mujeres a hombres y su lugar de trabajo fue básicamente el servicio en el hogar. Los esclavos en Cehegín, como en toda la Península durante este periodo fueron moriscos, negros y bereberes y entre ellos los negros siempre fueron los preferidos, fundamentalmente por su docilidad.
Aparte de los datos estadísticos la intención fundamental de este artículo es reflejar el cambio de mentalidad en lo moral-religioso y lo ideológico que se viene produciendo ya desde la Baja Edad Media, pero que tiene su más clara imagen desde mediados del siglo XVII cuando comienza  a decaer la esclavitud y, si no es mal vista, sí se observa una aceptación muchísimo más baja de ella y un cambio de actitud sin igual en la historia de los Reinos Hispánicos. No obstante seguirán estando presentes en el Reino de Murcia hasta finales del siglo XVIII. En Cehegín a finales del siglo XVII prácticamente han desaparecido.
El estudio de los grupos sociales que se han venido en llamar marginales, en contraposición absoluta a los privilegiados, es apasionante por lo poco estudiado hasta hace unos 30 años, pero aún resulta más atractivo, si cabe, por la importancia que éstos, aunque no lo parezca, pueden tener a la hora de entender las estructuras sociales y las relaciones dentro de todo el entramado de que se compone una sociedad. Hemos podido comprobar cómo los esclavos en Cehegín son comprados como una especie de objeto dirigido a la ostentación social y el aparentar (el no sólo ser, aparentar). A veces se convertían en amigos del amo con el que convivían durante toda su vida. Algunos, una vez libertos, se convertían en gente respetable (en Cehegín no conocemos ningún caso pero sí se han estudiado en ciudades como Sevilla) y otros pasaban a engrosar el grupo de los mendigos una vez que se convertían en carga y gasto para el amo y se les daba la libertad forzosa.
Son un colectivo que ha estado aquí hasta hace menos de 200 años como testigos de una sociedad que caminaba desde la Edad Media hasta los siglo XIX y XX. Desde luego muchos hombres libres vivieron más calamidades que el esclavo, que no tenía libertad, pero sí comida, cuando los tiempos se tornaban difíciles para la inmensa mayoría de la población de Cehegín. Creo que dentro del grupo de los llamados marginados (mendigos, gitanos, moriscos, prostitutas…) los esclavos no llevaron la vida más penosa. Que nadie se sienta extrañado si planteo la posibilidad de que más de un esclavo lo fuese por voluntad propia ya que en esta época, como en todas, el hambre y el malvivir tienen más poder que lo que nosotros llamamos hoy en día libertad. Muchos moriscos posiblemente lo entendieron así. Los cristianos al no poder ser hechos esclavos tenían la posibilidad de ser criados lo que al final resultaba ser casi lo mismo, a pesar de su status jurídico diferente. El concepto de libertad en el siglo XVI y XVII en una villa como Cehegín era patrimonio de unos pocos.

Anexo I.

Tabla nº 3. Contiene los nombres de todos los propietarios de esclavos que hubo en Cehegín entre 1561 y 1650 y el número que sabemos que tiene cada uno.

Propietarios
Propietario
Esclavos
Esclavas
Hijos bautizados de esclavos
Años de referencia
Gaspar del Bayo
1
2 negras
2
1.579-1.591
Ginés Muñoz

1 morisca
1
1.569
Pedro Rodríguez
1
2
1
1.575-1.584
Lope Fajardo
1
1 morisca

1.581-1.601
Jusepe Corbalán
1 negro

1
1.590
Miguel de Gea

1 morisca
3
1.581-1.589
Martín Carreño

1
1
1.595
Francisco Fajardo

4
5
1.601-1.624
Isabel López

1
2
1.611-1.613
Fernán Pérez

1
1
1.611
Miguel Estéban

1
1
1.580-1.614
Francisco Ruiz

1
2
1.615-1.618
Ginés Chico

1

1.569
Jerónima Fajardo

1 bereber
2
1.619-1.621
Juan de Chinchilla

1
1
1.570
Doctor Valeriola

1

1.570
Juan Rodríguez

1

1.601
Alonso Carreño

1 negra
2
1.603-1.604
Viuda de Cristóbal Núñez

1
1
1.610
Rodrigo Carreño
1
1
2
1.612-1.622
Juan de Teruel

1
2
1.615-1.630
Cristóbal Martínez
1


1.577
Monterrosso

1
1
1.580
Alonso Fernández Peñalver

1
1
1.581
Domingo García

1
1
1.605
Isabel de Úbeda

1
2
1.609-1.615
Ruiza

1
1
1.568
Ginés García

1
1
1.569
Gonzalo Piñero

1

1.572
Ginés Muñoz, escribano

1

1.577
Juan López

1
1
1.579
Juan Escudero

2

1.579-1.580
María Muñoz

1
1
1.582
Francisco Gil

1
1
1.603
García de Maya

1

1.604
Domingo Fernández Álvarez (Clérigo )

1

1.604
Pedro Chico

2
1
1.607-1.613
Francisco Martínez Gil

1
1
1.612
Juan Fajardo

1
1
1.637
Martín Carreño, alcaide

1
1
1.621
Ginés Hernández

1
1
1.569
Teresa…

1

1.574
Juan Muñoz

1

1.578
El alcaide…

1

1.578
Juan de la Chiva

1

1.593
Alonso Carreño

1 bereber

1.601
Francisco Gil de Buenrrostro

1

1.601
Viuda de Cristóbal Núñez

1
1
1.606
Martín Carreño

1
1
1.615
Amador de Atienza

1
1
1.588
Alonso de Gea, licenciado
1


1.606
Alonso Yánez

1
1
1.619
Francisco Fajardo Lara

1

1.629
Francisco de Úbeda

1 esclava morisca

1.577
Desconocido


1.572
Desconocido

1
1
1.579
Desconocido

1
1
1.601
Desconocido

1
1
1.585
Desconocido

1
1
1.600
Desconocido

1
1
1.571
Desconocido

1 bereber
1
1.578


 Notas

1. Destacaría al maestro don Juan Torres Fontes, a Ángel Luis Molina por su gran trabajo en la investigación sobre la sociedad en el Reino de Murcia  y con un emotivo recuerdo a Miguel Rodríguez LLopis que fuese profesor mío de Historia del Islam Medieval, Antonio Peñafiel Ramón…

2. Según referencias de  Angel Luis Molina Molina

3. En “Contribución al estudio de la esclavitud en Murcia a finales de la Edad Media”. En Murgetana. Nº 53.Pp. 111-134

4.. Molina Molina A.L.  Ob. Cit,

5. García Gallo A. En Curso de Historia del Derecho Español.1947. Pp. 138-139

6. Peñafiel Ramón, A. en Amos y esclavos en la Murcia del setecientos. Pp. 147 y siguientes

7. Peñafiel Ramón, A. en Amos y esclavos en la Murcia del setecientos. Pp.147 y siguientes

8. Torres Rafael, en “La esclavitud en Cartagena….” Contrastes nº 2. 1.986. Pp. 100

9. En el Archivo Histórico Provincial de Murcia, sección de Protocolos Notariales se han hallado  muchas cartas de compra y venta de esclavos, así como otros documentos muy interesantes para el estudio de la esclavitud en el Reino de Murcia hasta el siglo XVIII.  Remito a estudios de Molina Molina, A.L.,  Peñafiel Ramón, A.,  Furtet Cabana E.  y otros  sobre el tema de la esclavitud en el Reino de Murcia reseñados en la bibliografía.