sábado, 16 de septiembre de 2017

Don Pedro Antonio Pereti, mecenas de Nuestra Señora de las Maravillas, patrona de Cehegín




Les dejo el artículo que un servidor ha presentado en la Revista de Fiestas Patronales de Cehegín, de este año 2017, editada por el Excmo. Ayuntamiento, sobre la figura de un hombre del que todo el mundo en este pueblo ha oído hablar, pero que es realidad es muy poco conocido en el ámbito popular, don Pedro Antonio Pereti, el mecenas de Nuestra Señora de las Maravillas.


Don Pedro Antonio Pereti, mecenas de Nuestra Señora de las Maravillas.

                                                  Francisco Jesús Hidalgo García. Archivero Municipal de Cehegín.



Don Pedro Antonio Pereti es conocido en Cehegín por ser aquel que financió y trajo hasta el convento de los Padres Franciscanos a su costa la Imagen de la Virgen de las Maravillas, nuestra patrona, como prácticamente todos los lectores saben. Resulta curioso que tuviera que ser un cartagenero de raíces genovesas el que costeara la preciosa escultura, máxime cuando en ese tiempo en esta villa había familias con unos niveles de renta lo suficientemente importantes como para encargarla y haber sufragado los gastos y a los que, sin duda, en primer lugar recurrió buscando su favor fray Francisco Moreno Pastor. Pero el fraile no encontró donante alguno en Cehegín para costear la talla, aunque esos personajes de la élite social y económica después declarasen su fervor a Nuestra Señora cuando ésta ya llenaba de luz la iglesia conventual.
La figura y vida de don Pedro Antonio no se ha tratado a nivel de la historiografía local, en general, más allá de su relación con el encargo de la Virgen, y sin embargo sí es un personaje digno de ser conocido mejor y con más profundidad pues, además de su faceta de importante comerciante y persona de prestigio, mantuvo una cierta relación con esta tierra, y sobre todo con el convento de San Esteban desde principios de los años veinte del siglo XVIII hasta su muerte. Él siempre sintió una predilección especial por los franciscanos, como lo demuestra su testamento, y ello debió de influir en la determinación de encargar la escultura de la Virgen con el Niño en brazos que tanto deseaba fray Francisco Moreno.
Hijo de los genoveses don Marcos Pereti y doña Ana María Pinseti, nació en Cartagena en el año mil seiscientos ochenta. Por lo tanto se trata de un genovés residente en dicha ciudad portuaria, pero ya de segunda generación y, como veremos, fueron muchos los de esta ciudadanía que entre el siglo XVII y el XVIII se afincaron en ella. Éste es un dato muy importante para entender la actividad comercial y el auge de la economía Cartagenera, por la importancia que dichos emigrantes tuvieron en el proceso comercial marítimo de la época en esa región costera del Mediterráneo. Si don Pedro Antonio no hubiera rico nunca hubiera costeado la escultura de la Virgen de las Maravillas.
El siguiente documento es su acta de bautismo.
“Pedro Antonio
En Cartagena, en veintinueve días del mes de henero, de mil y seisçientos y ochenta años, bauticé a Pedro Antonio, hijo de Marco Pereti y de doña Ana María Pinseti, vecinos de esta ciudad. Fueron compadres don Miguel Hércules Peragalo y doña Isabel Alcaraz, su mujer.
El licenciado Juan Anrich Ferrer” (1)
Sus padres, genoveses, se instalaron en Cartagena al amparo del crecimiento económico que la ciudad estaba disfrutando en la segunda mitad del siglo XVII merced al comercio marítimo en el Mediterráneo. Marcos Pereti era comerciante de géneros diversos entre Italia y España, lo que heredaron sus hijos Pedro Antonio, Lorenzo y Juan Bautista. Don Pedro Antonio tenía también otras dos hermanas llamadas Magdalena y Nicolasa.
Nunca llegó a casarse y por lo tanto no tuvo hijos, al menos legítimos, que sepamos, y al parecer siempre trató casi como hija suya a su sobrina doña Nicolasa Mexias, todavía doncella a la muerte de su tío, hija de su hermana Nicolasa Pereti y de don Fulgencio Mexias, y a la que deja una buena herencia en su testamento.
Lorenzo, también comerciante, aunque no alcanzó el nivel de prestigio social y económico de Pedro Antonio, y prosperó ayudado por su hermano con el tráfico comercial marítimo, comprando géneros en Italia y vendiéndolos en España y a la inversa, a la vez que realizaban negocios con otros comerciantes de origen genovés como Carlos María Risso, personaje que aparece con frecuencia en las actas notariales cartageneras. Lorenzo, por petición de su hermano, encargó la talla de la Virgen de las Maravillas en Italia y la Imagen fue enviada a Cartagena junto con un cargamento de ropa con el que comerciaba Rizo, en un buque contratado por este último (según cuenta el padre Moreno en su libro sobre la Virgen de las Maravillas).
Juan Bautista Pereti, el otro hermano, comerciante, llegó a ser Administrador de las Rentas de Lanas y Naipes en Cartagena.
Sabemos que Pereti, ya antes de la llegada de la Virgen de las Maravillas, tenía ciertos asuntos comerciales en Caravaca y en un protocolo notarial, un acta del año mil setecientos veintidós lo sitúa en esa villa, a la que acudió para entender en negocios relacionados con el comercio de la lana. Quién sabe si no fue en esa ocasión cuando conoció a fray Francisco Moreno y se comprometió a encargar la Imagen en Italia. Lo cierto es que fue en estos años, apenas pasaba de los cuarenta, pero era ya un conocido y rico comerciante, cuando empieza a tener cierta relación con el convento franciscano de San Esteban, en Cehegín, amistad, si me permiten llamarlo así, que ya no perdió nunca. Sabemos que en su testamento ofreció como donación para dicho convento cuatro mil reales que iban destinados a la compra del órgano de la iglesia de las Maravillas, en el año mil setecientos cuarenta y tres, que es el de su fallecimiento.
Pedro Antonio Pereti se convirtió en uno de los más importantes mercaderes de Cartagena, y se hizo muy rico fletando buques que transportaban mercancías, fundamentalmente entre Italia y España, aunque también con puertos de otros países del Mediterráneo.
Hombre de profunda devoción religiosa, consiguió ser Familiar del Santo Oficio de la Inquisición, y en la documentación, fundamentalmente de Cartagena, suelen aparecer sus donaciones y patrocinios, como el arreglo de la capilla de la Virgen del Rosell a su costa, por lo que el Concejo de Cartagena le concedió el patronato vitalicio de la misma en el año mil setecientos cuarenta y uno. Hizo diversas donaciones a varios conventos y monasterios, como el de San Agustín, donde fue enterrado, el de San Ginés de la Jara, y a otros tantos.
Fue nombrado Factor General de las Reales Galeras y Navíos del Puerto de Cartagena, en los años treinta del siglo XVIII, con lo que su nivel de riqueza y poderío económico alcanzó sus mayores cotas, pues este cargo suponía el que él fuese el único autorizado para abastecer a los barcos de la Marina en dicho puerto.
Dado que el espacio de que disponemos para este articulito en esta publicación es reducido, no vamos a entrar en las propiedades y posesiones que tenía don Pedro, pero que, como puede el lector imaginar, eran realmente importantes y vienen bien detalladas en un testamento de casi treinta páginas que da idea de su buena posición social y económica en la Cartagena de la primera mitad del siglo XVIII. Esto es algo evidente, porque solo una persona de grandes recursos económicos podía costear una obra cara como la de Nuestra Señora de las Maravillas, encargarla en Italia, pagarla, traerla y depositarla en el convento de San Esteban.
Falleció don Pedro en ocho de febrero de mil setecientos cuarenta y tres, a la edad de sesenta y tres años.
“En ocho de febrero de mil setecientos cuarenta y tres se enterró en el convento de San Agustín a don Pedro Antonio Pereti, de estado mancebo, Familiar del Santo Oficio de la Inquisición de este reino y Factor de las Reales Galeras y navíos del apartamento de este puerto. Hixo de don Marcos Pereti y de doña María Pinçeti fue entierro general con tres paradas y misa cantada hasta haber dado tierras al cuerpo en dicho conuento, todo con la música. Testó ante Fulgencio Tauste, escribano.”(2)
Él fue el mecenas que condujo a Nuestra Señora de las Maravillas a Cehegín y al convento de San Esteban, de las Padres Franciscanos. El padre Moreno tuvo la idea, se movió, buscó en todas partes los medios para conseguir una talla de valor artístico y espiritual incalculable, pero fue don Pedro Antonio Pereti quien hizo todo lo demás. Sería bonito encontrar el contrato, la carta de pago, la escritura notarial o tal vez el documento de donación de la Imagen, que sin duda existió, el convento de San Esteban. Por ahora no han aparecido, quién sabe si en un futuro los encontraremos. Tiempo al tiempo.
Notas
(1) Acta de bautismo de Pedro Antonio Pereti. Libro de bautismos. 1780. Archivo parroquial de Santa María de Gracia. Cartagena.
(2) Acta de defunción de Pedro Antonio Pereti. Libro de defunciones. 1731-1744. Archivo parroquial de Santa María de Gracia. Cartagena.
Fuentes
Archivo Histórico Provincial de Murcia
Archivo Municipal de Cartagena

Archivo Municipal de Cehegín

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