miércoles, 23 de febrero de 2011

Noticia sobre el bandolerismo en Cehegin.



Las consecuencias de la guerra de la Independencia en esta zona fueron realmente graves en todos  los aspectos. Cehegín, ya de por sí, muy empobrecido antes de la guerra, quedó arruinado totalmente con el paso de las tropas francesas del mariscal Soult, en el año 1812, que saquearon durante una semana la villa en su huida desde Andalucía hacia el norte , no sólo robando sino destruyendo todos los medios de producción (campos de cultivo incluidos) que encontraban para evitar el abastecimiento de las tropas nacionales.El hundimiento económico fue causa directa de un aumento desmedido del bandolerismo, de tal manera que nuestro pueblo, al igual que gran parte de la Península Ibérica, no se libró de él. Hasta tal extremo llegaron los niveles de violencia, con robos y saqueos que ya en el año 1813, el Ayuntamiento Constitucional de la Villa de Cehegín se ve obligado a pedir al Supremo Consejo de la Nación ayuda para combatir lo que se había convertido en un problema de primer orden. Se conserva en el Archivo Municipal de Cehegín un documento que así lo atestigua y del que presentamos un fragmento:

“… Todos sus habitantes se esforzaban y confiaban en sus ingeniosos afanes recobrarse de sus pasadas pérdidas. Pero ¡ah señor! Cuantos se engañaron en sus esperanzas, rémoras de otra especie detienen sus pasos, beneficios para su propio bien y para el bien general. Enemigos de otra clase y tal vez más ominosos los vuelven a su antigua apatía y acaban ya su próxima ruina. Desertores escapados de los ejércitos, no se sabe por qué causa, ociosos, que en el desorden anterior hallaron un premio a su perniciosa holganza, malvados de todas calidades se han unido en numerosas cuadrillas y como saben el arte de combatir van provistos de toda suerte de armas y capitaneados tal vez de quien tiene alguna idea del arte de dirigir a una pelea. Se burlan de los débiles esfuerzos de las Justicias y de los pacíficos pueblos. Usan maravillosamente de la habilidad de combatir, retirarse, sitiar un cortijo, una altura y aún una aldea, y burlando las partidas que los han perseguido, no pocas veces los han cercado y destruido…”

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