viernes, 4 de febrero de 2011

Una fotografía que describe más de 500 años de historia de Cehegín.



Un análisis del pequeño espacio que podemos visualizar en esta  fotografía podría dar lugar a escribir no uno, sino varios libros y cada uno de un tema diferente, todos interrelacionados y, en sí mismos, abarcarían gran parte de la historia de Cehegín desde la Edad Media hasta nuestros días. Así como lo estoy diciendo.
La Ermita de San Sebastián, los molinos, el puente viejo del Santo, el flamante puente nuevo y, sobretodo el río Argos. El elemento que ya no se ve, pero que existió en la ladera es la vieja extensión amurallada de finales del siglo XV, que lindaba con el núcleo original de la villa y con el posterior arrabal. Hoy son los ejidos del Puntarrón y hasta no hace mucho tiempo allí había casas, muchas casas.
Es una foto tan hermosa que quizás no le parece a uno oportuno liarse en datos, sino, más bien gozar de lo que la imagen nos propone, para que cada uno la admire y analice, a su gusto y manera. Sólo decir que la ermita fue paradigma de la religiosidad popular ceheginera durante la Edad Moderna. Ermita de titularidad concejil, construida durante el último cuarto del siglo XV, servía para el culto de San Sebastián, protector contra plagas y enfermedades. Destruida durante el año 1812, quedaron sus ruinas hasta el día de hoy en que se han consolidado y ha sido adecuado el lugar para hacerlo visitable. Los molinos son el reflejo de parte de la economía local durante 500 años. El puente viejo, ya imagen del pasado, cómo no, nos lleva a lo que fueron los nuevos tiempos en la primera veintena del siglo XX y el flamante puente construido en el año 2009, nos conduce a la modernidad y quizás el futuro. Mientras, nos queda el río Argos. Él siempre estuvo allí. Antes de cualquier rastro humano en el espacio que nos muestra esta fotografía el río Argos discurría, a veces con bravura y otras con calma. Él siempre fue la fuente de la vida de este pueblo.

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